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VALERIA MAGDALENA GUERRERO ORTEGA

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Becaria Jóvenes construyendo el futuro. 

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El Coronavirus para Chiapanecos

*El Coronavirus para  Chiapanecos*.

Dr.  Dorantes Herrera. 

1. Es un virus, entendé, los antibióticos no lo matan. Así que dejá de hacerte pendejo  con "antibióticos caseros", bicarbonato, cabeza de ajo, cáscaras de limón y otras pendejadas.

2. Es microscópico, o sea que ese verga es  una chingaderita tan chiquita que pasa por los hoyitos de la tela de tu cubre trompa. Dejá de comprar mascarillas hechizas que no sean de tela comprimida.

3. Su cuerpo tiene una muesca, una coronita pué, que es con la que se te pega en las mucosas (o sea toda la piel que tenés adentro de los párparos, la nariz y la boca).

4. Lo mejor que podés hacer, para estar limpio, es lavarte con agua y con jabón haciendo un chingo de espuma, porque la espuma le jode la coronita al virus y ya no te puede perjudicar. 

5. El virus no anda en el aire como que fuera chaquiste o nucú. El salado virus pesa, entonces el cabezota de Zule, que anda enfermo va a toser o a estornudar y en el vergazo de saliva y moco, ahí va el coronavirus. El virus vuela entre 1.5 mts y 2 mts. Por eso es que cuando andás de baboso comprando entre el chinguero de gente, te estás poniendo de pechito para que te enferme alguien porque están bien cerquita de vos.

6. Después que el virus se chispa de la trompa o la nariz de algún baboso cae en el suelo, o cae en las cosas. Por eso cuando andés en la calle, podés ir  sin cubre trompa si no hay gente, pero tenés que cuidarte de no andar de bruto agarrando todo lo que tengás cerca .

7. Dejá de comprá alcohol, gel, lejía y papel higiénico a lo pendejo ( el virus no entra por el culo).  Así es como se empiezan a trasvergar las cosas. 

Compráte una bolsa de rinso y agua para hacer una mezcla de agua espumosa, y con eso limpiás todo lo que creás que pueda estar contaminado. Como la espuma rompe la coronita del pinche virus ya no es una amenaza.

8. Dejá de comprar guantes, porque el virus no se te va a pasar por tocarlo con las manos peladas, sino porque te agarrés la jeta, la nariz o los ojos con las manos chorriadas. 

Ni con los guantes vayás a cometer la babosada de tocarte la jetota,  porque entonces ya la cagaste.

9. No todos somos igual; no a toda la gente le va a dar síntomas de coronavirus. Ahorita mil pencos pueden estar enfermos y de ese verguero solo a 200 les va a dar síntoma que levante sospecha y a 30 los va a mandar al hoyo.

El problema es que por andar en la calle pendejiando te podés contaminar con un "portador sano" y pueda que vos no tengas la misma suerte.

Digo portador sano porque vos podés tener una tu tos de chucho o una tu media costipazón sin malestar general ni calentura, se te pasa de dos talegazos y ya; pero era coronavirus.

10. Si te contaminás, acordáte por donde anduviste, porque fuiste tan pendejo y no te quedaste en tu casa. 

Si te llegás a sentir mal, no te vayás a zampar al IMSS creyendo que porque el Zoé es tu paisano es una chingonería el puto IMSS. Ni madres, es un despedorre que ni cubrebocas tienen los pendejos.

Del ISSTE ni hablemos , mucho menos a un hospital privado. Mejor llamá a las autoridades y en chinga te van a ir  a buscar (ya mero). Cuando te interroguen contáles toda la verdad.

11. Solo tené en cuenta que en los 10 días que se tardó en darte síntomas esa onda, vos ya contaminaste a un chingo de gente. Y tené por seguro que ya le rompiste la madre a todos ellos, sus familias y la de vos .

12. Si te infectás de coronavirus, después de que el virus se muera en tu cuerpo, te vas a volvé casi inmortal...hasta que salga la otra pinche peste. 

13. Asi que si no querés andar chingandole la salud a tu familia, aunque te dé tiricia, aburrimiento o flato, hacé caso pendejo. Quedáte en tu casa!!!!!

Dr Antonio Dorantes herrera 

Orgullosamente chiapaneco.

A ver si así entienden.

 

Cómo medir de forma más justa la economía

Un mundo nuevo emerge inexorable. Mientras el viejo se resiste a desaparecer. La idea del crecimiento a toda costa que caracteriza el modelo económico actual se está poniendo en entredicho tanto por la comunidad científica, como por los organismos multilaterales y algunos Gobiernos. La Gran Recesión dejó tras de sí un reguero de desigualdad que el aumento de la actividad productiva posterior no ha sido capaz de eliminar; el calentamiento global agrieta el planeta construyendo un futuro cada vez más preocupante para las nuevas generaciones, mientras la tecnología que permite minimizar estos dos lastres ya está operativa aunque probablemente su impacto no está llegando todo lo lejos que debiera ni se sabe cuantificar con precisión. Los ciudadanos se quejan. Aumentan las revueltas, los conflictos, el descontento. Y los partidos populistas se hacen fuertes en unas sociedades cansadas de que sus Gobiernos pongan la economía como el fiel de la balanza en vez de su bienestar. Cansadas de que siempre ganen los mismos.

Un mundo nuevo emerge inexorable. Mientras el viejo se resiste a desaparecer. La idea del crecimiento a toda costa que caracteriza el modelo económico actual se está poniendo en entredicho tanto por la comunidad científica, como por los organismos multilaterales y algunos Gobiernos. La Gran Recesión dejó tras de sí un reguero de desigualdad que el aumento de la actividad productiva posterior no ha sido capaz de eliminar; el calentamiento global agrieta el planeta construyendo un futuro cada vez más preocupante para las nuevas generaciones, mientras la tecnología que permite minimizar estos dos lastres ya está operativa aunque probablemente su impacto no está llegando todo lo lejos que debiera ni se sabe cuantificar con precisión. Los ciudadanos se quejan. Aumentan las revueltas, los conflictos, el descontento. Y los partidos populistas se hacen fuertes en unas sociedades cansadas de que sus Gobiernos pongan la economía como el fiel de la balanza en vez de su bienestar. Cansadas de que siempre ganen los mismos.

La organización liderada por Ángel Gurría abandera la corriente del crecimiento incluyente, una formulación más sofisticada, que se basa en establecer como parámetro fundamental el bienestar de las personas en términos de ingresos disponibles, de acceso a la educación, la salud, las infraestructuras, la certidumbre en el trabajo o el empleo de calidad, entre otras variables. “Tenemos que evaluar las inversiones públicas y privadas con arreglo a una especie de checklist que indique los recursos naturales que se van a perder al realizarlas o si van a apoyar al desarrollo de las comunidades. Hemos elaborado un marco de crecimiento inclusivo en el que decimos a los países que no vamos a renunciar al PIB porque es una medida internacional estandarizada, pero hay que complementarla con otros indicadores para que sus gobernantes tomen las decisiones en el marco del crecimiento inclusivo y puedan modificarlas en términos de impuestos, gastos o de productividad en función de cómo le estén afectando a la gente”, señalan desde la OCDE.

Experimento

Nueva Zelanda es el primer país que ha abandonado la doctrina del crecimiento económico a cualquier precio. En mayo pasado su primera ministra, la laborista Jacinda Ardern, presentó los denominados presupuestos del bienestar. Unas cuentas que, por primera vez, han puesto el foco en intentar atajar los problemas más acuciantes de sus casi cinco millones de habitantes: la salud mental de la población, la lucha contra la pobreza infantil, el apoyo a las comunidades indígenas, la transición a una economía baja en emisiones y el impulso de la innovación, explica Nigel Fyfe, embajador de Nueva Zelanda en Madrid.

Para ello ha puesto sobre el papel 25.600 millones de dólares neozelandeses (unos 15.000 millones de euros) para los próximos cuatro años y ha confeccionado el llamado Marco de Condiciones de Vida, donde se analizan esferas del bienestar como medio ambiente, salud, vivienda, identidad cultural, ingresos, consumo, empleo… “para asesorar a los Gobiernos” sobre cómo sus compromisos políticos “pueden afectar las condiciones de vida de toda la población”. La mitad del gasto se destinará a las prioridades sociales. Los nuevos medidores todavía no han dado frutos. Lo mismo que las políticas. “Necesitamos más tiempo, pues ambos son a largo plazo. Lo importante es que hemos hecho el cambio”, indica Fyfe.

 

Aunque se ha aprobado una partida de 455 millones de dólares neozelandeses (271 millones de euros) para la puesta en marcha de un nuevo sistema de salud mental y reforzado con 40 millones el sistema de detección de suicidios, así como implementado 1.000 plazas para alojar a indigentes. El Gobierno mostrará la evolución de los indicadores cuando se cumpla un año del presupuesto, a medida que las disputadas elecciones generales, que se celebrarán este año, se acerquen. Porque las variables de análisis de impacto, su semáforo de medición, es una pieza clave para orientar las prioridades del gasto.

 

Nueva Zelanda ha abierto la brecha, sostiene Diego Isabel La Moneda, director de NESI (Fundación Nueva Economía e Innovación Social), una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es contribuir a cambiar el modelo económico para hacerlo más humano y sostenible; pero otros dos Gobiernos, el islandés y el escocés, están trabajando en ello a través de la Wellbeing Economy Alliance (WeAll), un laboratorio de políticas innovadoras destinadas a mejorar el bienestar más allá del PIB. En él participan los tres Ejecutivos y más de 60 organizaciones civiles internacionales, entre las que figura NESI.

 

Porque, según Isabel La Moneda, hacen falta nuevos indicadores que estén al servicio de las personas y del planeta. “El PIB no sirve para tomar decisiones sino para que los países compitan entre sí”, aprecia. En su opinión, la propia ciudadanía tendría que participar en la decisión de la suma de marcadores que evalúe su calidad de vida y su progreso. Variables no solo cuantitativas sino cualitativas y que no tendrían que ser las mismas para todos los países.

 

Es la idea alentada por la OCDE, “porque con nuestro arsenal de análisis económico no estamos capturando los intangibles, que son precisamente los que generan confianza entre la ciudadanía”, sostiene. También por el Banco Mundial, que ha incorporado en su recién presentado su barómetro de desarrollo humano un nuevo índice de movilidad social.

 

El Premio Nobel de Economía de 2001, Joseph E. Stiglitz, es el adalid de la corriente que cuestiona el PIB por sus limitaciones como indicador de progreso. “Si solo nos concentramos en el bienestar material (por ejemplo, en la producción de bienes, más que en la salud, la educación y el medio ambiente), nuestra visión se vuelve distorsionada [...]. Nos volvemos más materialistas”, escribía en este periódico, en su artículo Más allá del PIB, hace poco más de un año. A su juicio, las métricas inadecuadas han llevado a políticas ineficientes, como la austeridad obsesiva tras la crisis, que hubiesen podido reconducirse con otros medidores. “Es hora de retirar los indicadores como el PIB”, ha escrito más recientemente en The Guardian, a la vista de las tres crisis a las que se enfrenta el mundo: la climática, la de la desigualdad y la de la democracia. “Si medimos lo incorrecto, haremos lo incorrecto. Y debe quedar claro que, a pesar de los aumentos en el PIB, a pesar de que la crisis de 2008 se dejó muy atrás, no todo está bien. Vemos esto en el descontento político que se propaga por tantos países avanzados”.

 

Porque el crecimiento ahora es muy limitado en los países desarrollados y la productividad no está aumentando como cabría esperar con el avance tecnológico. El modelo se agota. El debate no es nuevo, resurge cada cierto tiempo, explica Jesús Fernández-Villaverde, profesor de Economía de la Universidad de Pennsylvania, desde que, como respuesta a la Gran Depresión de 1929, el economista estadounidense Simon Kuznets, el inventor de la contabilidad nacional, crease el PIB para recoger en una única cifra la producción económica de los países para que los Gobiernos se sirvieran de ella para la planificación económica. “Entonces explícitamente se dijo que era una medida económica, no de bienestar. Pero a la gente se le va olvidando e iguala PIB con bienestar”. Y ahora vuelve a reaparecer otra vez de la mano de Stiglitz y de la OCDE. El problema —sostiene— es que no está tan claro lo que hay que medir y qué peso se le da a cada variable, pues para algunos es más importante la educación y para otros la salud; hay quien quiere poner el foco en la igualdad y quien en la esperanza de vida. Es una cuestión de valores y no hay unos mejores que otros.

 

Los indicadores subjetivos dan miedo y la mitad de los que evalúan el bienestar social lo son, opina el exalcalde de Paraguay y creador de la Fundación Paraguaya, Martín Burt, que ha confeccionado un tablero de decisión basado en 50 variables para que el ciudadano pueda elaborar a través de una herramienta online su plan personal para salir de la pobreza. Y provocan temor entre otras cosas, dice Fernández-Villaverde, porque los políticos los pueden distorsionar. “El PIB no es perfecto, pero es el mejor de los sistemas existentes”, sostiene.

 

El profesor es partidario de añadir métricas a las existentes, pero no participa de la idea de encontrar un agregado único de todas esas variables. “Me parece muy bien reportar cada vez más números, aunque creo que el súper PIB que intenta encontrar Stiglitz vaya a poder ser. Entre otras cosas porque muchos indicadores sociales se revisan con una frecuencia muy baja”, añade.

 

“Uno de los elementos más importantes de la discusión es si se va a tratar o no de un menú de indicadores o si se van a integrar en uno solo. No soy muy amiga de presentar un indicador agregado porque oculta muchas cosas”, apoya Nora Lusting, profesora de la Universidad de Tulane (EE UU).

 

Las limitaciones más importantes del PIB son que deja fuera el trabajo doméstico, —que tiene su peso social por cuanto condiciona la igualdad de género— y que no considera el daño ambiental sobre la deuda y los activos financieros, que arrojaría un menor crecimiento económico si lo hiciera, aprecia Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas. El medio ambiente es precisamente donde se detectan por primera vez los cinco mayores riesgos globales, según el Foro Económico Mundial que se ha reunido esta semana en Davos. En la localidad suiza el consejero delegado de S&P Global, Douglas L. Peterson, ha señalado que el PIB no recoge tampoco la economía sumergida o la evasión de impuestos, que en muchos países pueden representar hasta el 35% del PIB. Pero es un indicador crítico para las decisiones de inversión, dijo.

 

Otros barómetros como el coeficiente Gini, estándar mundial para calcular el grado de desigualdad de los países, tienen grandes fallos, indica Lusting. “No se está captando bien el ingreso de los ciudadanos y por eso no sabemos cuál es el grado de desigualdad real y cómo evoluciona. Necesitamos las declaraciones anonimizadas de impuestos para calcularlo. Pero solo el Gobierno de Uruguay facilita esta información”, explica. Además, todos indicadores de desigualdad usan la desigualdad relativa, cuando las diferencias absolutas son las que crecen.

 

Los nuevos marcadores del progreso han de reunir al menos tres ingredientes, en opinión de Bruno Lanvin, director de Índices Globales de la escuela de negocios Insead: detectar el sentimiento de la gente, que se puede medir a través de su comportamiento; ser dinámicos para poderse comparar en el tiempo y, lo que es más complicado, incorporar los objetivos de la sociedad, que no son los mismos en Occidente que en los países en desarrollo, ni en las ciudades que en las zonas rurales. Según Lanvin, los economistas que confeccionan índices los están revisando actualmente por el avance de la tecnología, del big data, y por el factor humano.

 

“Nos movemos de una economía tradicional a una economía digital y debemos introducir variables digitales en los indicadores. El acceso a la tecnología puede ser uno de los primeros elementos de exclusión social. Hay que repensar los índices”, opina Antonio García Zaballos, asesor de telecomunicaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Debemos dar respuestas a los políticos, que necesitan evaluar el progreso ciudadano cuando el crecimiento del PIB es bajo como hoy, e identificar nuevas fuentes de expansión”, dice Lanvin.

 

La UE busca fórmulas para que cuando se mida el crecimiento económico no se pierda de vista el bienestar. El Fondo Monetario Internacional también habla de ello. El examen que pasan los países europeos incluye también el análisis de un conjunto de indicadores laborales y sociales, a los que la Comisión Europea planea incorporar objetivos medio ambientales, como el Banco Central Europeo. Los ministros de Economía de la UE han discutido cómo fortalecer los vínculos entre la política económica y las decisiones en materia de calidad de vida. En la reunión en el consejo de esta semana han debatido las políticas que ve prioritarias para 2020: la sostenibilidad, la productividad, la estabilidad económica y la justicia social. Pero a pesar de ese esfuerzo, el nivel de exigencia con las políticas sociales no es tan estricto como en la esfera de las finanzas públicas, informa Lluís Pellicer. Al fin y al cabo, el PIB sigue mandando.

 

GABRIELA RAMOS (OCDE): “A LOS PODERES FÁCTICOS NO LES GUSTA UN ANÁLISIS MÁS ALLÁ DEL PIB”

Gabriela Ramos, directora de gabinete y 'sherpa' de la OCDE.

Gabriela Ramos, directora de gabinete y 'sherpa' de la OCDE.

La globalización ha sido una fuente de gran progreso, de integración y avance tecnológico, pero también una fuente de gran desigualdad”. El 40% de los países miembros de la OCDE no han visto mejorar sus ingresos disponibles durante las dos últimas décadas, sostiene Gabriela Ramos directora de gabinete y sherpa de este organismo. Ante este agotado modelo, la OCDE ha desarrollado un marco de indicadores de bienestar, donde los intangibles ocupan un lugar muy destacado para dar con una radiografía clara de la situación de la gente. La OCDE lleva 10 años trabajando en su índice de bienestar en el que se incluyen temas redistributivos y el impacto del medio ambiente, “pero existen muchos intereses creados que quieren seguir maximizando los beneficios y muchos poderes fácticos a los que nos les interesa este análisis más allá del PIB”, sostiene la mano derecha de Ángel Gurría, presidente de esta organización.

 

Pregunta. ¿Cuándo cree que podría estandarizarse el indicador de bienestar?

 

Respuesta. De momento, nuestro índice está en la web de la OCDE pero con variables no ponderadas porque somos una organización cautelosa. El primer paso ha sido construir el marco basado en condiciones materiales, de calidad de vida y de sostenibilidad, que pondera la gente, para ver cómo se refleja el bienestar de los distintos grupos de población. No en promedio, pues los promedios revientan la comprensión del entorno y hacen ineficientes las políticas públicas. Y queremos que en un futuro sea igual de útil de lo que ha sido el PIB para poder reemplazarlo. Pero necesitamos decidir cómo ajustar a las cuentas nacionales el impacto ambiental, cómo se traduce en menor crecimiento y prosperidad, y cómo contabilizar la falta de confianza de la gente en las políticas económicas.

 

P. ¿Qué países apoyan esta iniciativa?

 

R. Sobre todo de Europa. Dinamarca, Holanda, Suecia, Finlandia, Noruega, Francia y el Gobierno de España también. Pero es Nueva Zelanda quien ha saltado de la reflexión intelectual a hacer una definición distinta del desarrollo para beneficiar con sus presupuestos a la población más vulnerable e invertir donde más se necesita. Un presupuesto basado en el bienestar eleva automáticamente la eficacia de las políticas públicas.

 

P. ¿Esperan que se convierta en un indicador agregado como el PIB?

 

R. Debería serlo con el tiempo. Pero de aquí a que lleguemos, me conformaría con que los ministros de finanzas considerasen el impacto ambiental y social a la hora de implementar sus decisiones. Porque seguimos con la narrativa de que el crecimiento económico funciona en todas las esferas. Se ha vuelto el objetivo último en vez del fin para conseguir el bienestar de la gente, que no hemos logrado. Y ver las cosas por compartimentos tiene sus desventajas: el aumento del populismo, de los nacionalismos, la falta de apoyo multilateral… Es el resultado de una sociedad enojada. Y eso trae fractura social, que no es buena para el crecimiento.

 

P. ¿Cómo pueden las instituciones recuperar la confianza y atajar el auge de los populismos?

 

R. La confianza social en los países de la OCDE está tan baja porque la gente percibe que el crecimiento económico ha sido injusto y que las autoridades no han cumplido. En la medida en que se empiecen a producir los reequilibrios se recuperará. Es el momento de intervenir para no permitir que se imponga la ley de la selva con mercados fuera de control. La mayoría de los países están pensando cómo hacerlo, el problema es que otros están en manos de liderazgos populistas, elegidos legítimamente, que toman decisiones totalmente opuestas. Hay que tener mucho cuidado. Es un tema de resultados y las políticas actuales ni siquiera han tenido impacto positivo en el crecimiento.

 

La ilegalidad de Pío López Obrador

Se necesita ser cínico y apellidarse López Obrador para tener los arrestos de Pío López Obrador, por demandar a Carlos Loret el 2 de octubre por la divulgación de videos como “hechos presuntamente constitutivos de delitos cometidos en agravio de su persona y de su familia”, por lo cual pide que se le sancione con 12 años de cárcel. El hermano menor del Presidente se ampara en el capítulo sobre revelación de secretos del Código Penal, para castigar a quien de a conocer “indebidamente” imágenes e información obtenidas en una intervención privada. Ese derecho entra en colisión con otro, el de la libertad de prensa, que en caso de difamación se sanciona administrativamente, porque las penas penales, muy propias de regímenes autoritarios, se anularon hace tiempo.

¿Difamó Loret? ¿Qué fue lo indebido que hizo? A juicio de Pío, exhibirlo cuando recibe casi un millón de pesos en efectivo “para la causa” de un operador político vinculado al Partido Verde, David León, que poco después fue alto funcionario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Eso es un delito electoral. Otro, especificado contenido en el mismo Código Penal, es de operaciones con recursos de procedencia ilícita, que entra al ámbito de la delincuencia organizada, por lo cual ambos irían a la cárcel, mientras prueban su inocencia.

Magnánimo, el Presidente le dijo a Loret que no se preocupara, porque no pasará nada. Convertido en rector de los deseos de Pío y ministerio público, ya desechó la demanda que, dijo, desconocía. Tampoco se sabe que la Fiscalía General haya actuado con la velocidad que un caso de esta magnitud requiere -¿el hermano del Presidente involucrado en un tema que cae en delincuencia organizada?-, porque ni es independiente, ni actúa con equidad, ni sufre sanción social. ¿Recuerdan alguna vez un familiar de un presidente cometiendo un delito en flagrancia? Pobre Presidente y su gobierno. No es el caso actual. El blindaje del Presidente es ciegamente abrumador. 

Pío y León ya declararon en la Fiscalía General y en la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, pero a diferencia de otros casos menos sólidos, de personas que le estorban al Presidente en la marcha de su gobierno, no se le congelaron sus cuentas ni se realizó un juicio sumario en la mañanera con Power Point, para mostrar todo un entramado financiero de donde sacó León los recursos –y apoyar la narrativa-, o las vinculaciones de Pío y qué hizo con ese dinero.

De haberse hecho en el caso del hermano del Presidente, la denuncia que hizo Loret habría escalado por la opacidad de las finanzas de Pío López Obrador, quien no tiene ninguna actividad profesional ni tampoco registro en el SAT. Es decir, para asuntos fiscales, no existe. Pero existe en la vida diaria como un ciudadano que sí tiene ingresos y gasta, que viaja y se regala caprichos como administrar un equipo de beisbol , además de disponer de un flujo de recursos estable para enviar dinero a su hijo de manera regular, quien se encuentra estudiando en Canadá.

La información financiera de su familia muestra que su esposa tiene ingresos, nada extraordinarios, derivados de actividades relacionadas con los sectores agropecuarios y forestales, de donde recibe ingresos que no declaró, sin embargo, durante tres años. Es decir, la cuñada del Presidente tiene inconsistencias en sus declaraciones fiscales, que tampoco ha aclarado con el SAT. Las inconsistencias pueden derivarse de múltiples razones que no tienen que ver con la comisión de un delito, y se resuelve mediante conciliación con las autoridades tributarias que, en el peor de los casos para los contribuyentes que no pretenden evadir el fisco, se resuelven cubriendo aquello que no se pagó, junto con los intereses.

Pero si la arquitectura financiera de la cuñada del Presidente no muestra sobresaltos y en términos generales es transparente, la de Pío López Obrador es totalmente opaca. La fotografía de ingresos cero es la de un indigente que sobrevive en las calles. En su caso, expertos en la materia señalan que el grueso de sus operaciones económicas y financieras se encuentran por debajo de la línea mínima en la cual despierta la atención de las autoridades bancarias y fiscales. Es decir, todo su manejo lo realiza con dinero en efectivo, de procedencia ilícita, en los términos como lo establece el Código Penal, que debería de tenerlo sujeto a una investigación y un proceso en la Fiscalía General.

Esto no va a pasar, obviamente, lo que no significa que la opacidad de Pío se le transfiere a Andrés Manuel López Obrador, quien ha hecho de la “honestidad valiente” y su cruzada moral contra la corrupción el motor de su carrera política. Se desconoce cómo se mantiene Pío López Obrador, quien vive al margen de los órganos e instituciones que vigilan que no exista delincuentes de cuello blanco o evasores fiscales, una categoría que, sólo por su huella de ingresos y egresos, podría aplicarse a él.

Es una pena que el Presidente le haya instruido en una mañanera, de manera indirecta, que se desista de la demanda contra Loret, y ordenado al Fiscal Alejandro Gertz Manero que no proceda. Ahí se quedará ese caso, que sería muy interesante ver su desarrollo no por el destino de Loret, que probablemente le ganaría a Pío López Obrador en los tribunales –difícilmente podrían doblegarse ante el Presidente con todos los antecedentes que hay en la Suprema Corte-, sino porque el pueblo mexicano se mantendrá sin ver aún los hoyos que tiene el discurso presidencial de la integridad y fin de la corrupción, reflejado en los manejos financieros de su hermano y la violación de múltiples leyes en las que incurrió. Por mucho menos de lo que hizo, su hermano el Presidente ha quemado en la pira de Palacio Nacional a muchos otros que no piensan como él. Aquí, todo queda en familia.

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Twitter: rivapa

#MeLoEncontreEnLaRed #Twitter 

FUENTE: https://www.ejecentral.com.mx/estrictamente-personal-la-ilegalidad-de-pio-lopez-obrador/

"Affaire" de Ramírez Coronado.

De mal en peor la todopoderosa Coordinadora de Recursos Humanos de la Secretaría de Hacienda en Chiapas, Veranda Guadalupe Ramírez Coronado, en su afán que toda la burocracia de la administración pública estatal regrese a laborar en las oficinas, se adelantó las directrices que viene marcando el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el manejo de la pandemia. 

Había publicado un oficio donde se daba a conocer que mañana regresarían a trabajar de forma normal las dependencias del poder ejecutivo estatal, poniendo en peligro la salud de muchos chiapanecos. 

Derivado de ese documento, acordado los poderes Judicial y Legislativo, respectivamente, su reincorporación a las labores de forma presencial. 

Para su mala suerte de la "Doctora", hoy publican en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo en el que la Secretaría de la Función Pública Federal, establece criterios para mitigar la propagación del coronavirus COVID-19, en ese sentido, señala que se deberá privilegiar el trabajo a distancia con la prevalencia en la utilización de tecnologías de la información y de las comunicaciones, por tanto se amplía la suspensión de labores hasta el 4 de enero de 2021.

Entonces, contra su voluntad tuvo que signar un nuevo documento donde amplían a la burocracia local la suspensión hasta el 3 de noviembre en Chiapas, según para "aplicar una política de congruencia con la Federación para evitar los contagios", si fuera congruente debería haber suspendido hasta el 4 de enero. 

Es de dominio público que esta funcionaria es una de las más nefastas y prepotentes en el gobierno humanista del mandatario Rutilio Escandón Cadenas. 

Muchos titulares de Secretarías de Estado y organismos públicos están molestos con su trabajo y desean que sea removida de su carga.

#VidaTanJija #MeLoEncontreEnLaRed #Whatsapp

 

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