¿Y los otros 43? ¿Y los que le siguen?, se preguntó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI), a dos años de que “el mal gobierno cometió uno de sus peores crímenes” al desaparecer a 43 jóvenes indígenas estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa”.
El pasado viernes, el EZLN y el CNI difundieron una misiva en el que manifiestan que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa sigue en la impunidad, y buscar la verdad en medio de la pudrición del poder es esculcar en lo peor de este país, en el cinismo y perversión de la clase política, que no sólo sigue simulando buscar a los compañeros desaparecidos, sino que ante las crecientes evidencias que demuestran la culpabilidad del narco-estado terrorista, se premia a los responsables de mentir y tratar de deformar aún más la verdad ‒como es el cambio de Tomás Zerón, responsable de sembrar supuestas pruebas de su mentira histórica en el basurero de Cocula, a la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Seguridad‒ dando una vez más cuenta de la naturaleza criminal del mal gobierno”.
En la misiva, señalaron que en la mentira, la simulación y la impunidad, el mal gobierno suma los atropellos contra quienes se han solidarizado y manifestado en apoyo a la lucha de familiares y compañeros de los 43, como el joven Luis Fernando Sotelo Zambrano, “solidario siempre con las luchas de los pueblos originarios –como las de Cherán, la tribu Yaqui, los indígenas presos, las comunidades zapatistas-, a quien un juez ha condenado a 33 años y 5 meses por el séxtuple delito de ser joven, ser estudiante, ser pobre, ser solidario, ser rebelde y ser consecuente.
“Esto miramos cuando miramos hacia quien arriba es Poder: para quien asesina, encubre y miente, premios y protección; para quien se indigna y protesta contra la injusticia, golpes y cárcel”, menciona el documento.
“Los rostros de los 43 ausentes y la tenacidad de sus familiares y compañeros, son las otros 43 partes de guerra y resistencia. A ellas y ellos se suman los dolores, las rabias, las resistencias de los pueblos originarios y las rebeldías de millones en todo México y el mundo”, dijo el EZLN y el CNI.
Además, le siguen los partes de guerra y resistencia de lo otro perseguido y estigmatizado, de las mujeres violentadas, desaparecidas y asesinadas, de la infancia convertida en mercancía, de la juventud criminalizada, del trabajo explotado, de la rebeldía perseguida, de la naturaleza mancillada, de la humanidad adolorida.
“Con toda esa humanidad, con esta tierra que somos, hoy reiteramos que la verdad y la justicia son una demanda irrenunciable y que el castigo a los culpables, a todos los culpables, nacerá de la lucha de abajo, donde, ahora más que nunca y como pueblos originarios del Congreso Nacional Indígena, sabemos que no cabe rendirse, ni venderse, ni claudicar”.
Se espera que el día de hoy los milicianos marchen en la Ciudad de México por el segundo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas.