· Directivos y trabajadores del Zoológico Miguel Álvarez del Toro desmintieron ayer que en este espacio haya tráfico, maltrato y mal manejo de la mayor parte de las 180 especies
Directivos y trabajadores del Zoológico Miguel Álvarez del Toro desmintieron ayer que en este espacio haya tráfico, maltrato y mal manejo de la mayor parte de las 180 especies —alrededor de mil 600 ejemplares— con las que cuentan, como lo ha asegurado el exfuncionario Efraín Orantes Abadía a través de las redes sociales y de medios impresos “a manera de difamación”.
En conferencia de prensa, Carlos Guichard Romero, director operativo de ese sitio no sólo de exhibición sino de conservación de animales silvestres de Chiapas, lamentó que el exempleado de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) iniciara una campaña de desprestigio “sólo porque fue cesado el año pasado por su comportamiento inadecuado, ineficiencia e irresponsabilidad demostrada una y otra vez durante el tiempo que colaboró con los espacio de exhibición de esa dependencia”.
Acompañado por personal técnico y otros directivos, aseveró que las imágenes utilizadas por esa persona son de archivo “y las saca de su contexto para desvirtuar los hechos reales y por eso convocamos a los medios de comunicación para que verifiquen las instalaciones y constaten que no hay nada irregular”.
A 75 años de vida, dijo, el ZooMAT se ha catalogado como un zoológico distinto y con amplio reconocimiento no sólo en México sino a nivel internacional, “además es verificado por instancias como la Profepa, Semarnat, entre otras que certifican la calidad, el funcionamiento, el protocolo sanitario y demás”.
Tras descartar una muerte masiva de animales, explicó que es normal que se registren decesos de algunos, pues el periodo de vida de la mayoría por lo regular es corto, “como el jaguar, que puede vivir hasta 28 años, pero hay otros, como los invertebrados, que tardan menos, un año”.
Además, rechazó que haya recibido 60 mil pesos por la supuesta venta de un jaguar al dueño de un zoológico privado en el país, “en primer lugar es irresponsable decir eso, y en segundo le pediría (a Efraín Orantes) que lo demuestre, ¿dónde está el cheque o la prueba? Y por ello estamos aquí para dar la cara”.
Ante esta oleada de comentarios negativos, puntualizó que “estamos en la disposición de abrirnos, acercarnos, siempre y cuando se haga de una manera ordenada… queremos decirles que en el ZooMAT actuamos de muy buena fe; somos funcionarios públicos y estamos conscientes de que tenemos que rendir cuentas”.
Sobre la foto de varios cocodrilos muertos que difundió Orantes Abadía en su muro de Facebook, explicó: “Es una foto vieja, de hace como cuatro años, y se hacía limpieza de una cámara de congelación… ejemplares que estaban guardados como parte de un proceso de investigación y de depositaría que tiene el zoológico por parte de la Profepa, y que nosotros no podíamos cremar o desechar hasta que concluyeran los peritajes correspondientes”.
Al respecto, sostuvo que muchas veces los ejemplares llegan muertos, o en malas condiciones “y ya no resisten. Pero también tenemos otro problema, el saturamiento, porque la gente viene y nos entrega animales ‘rescatados’…”.
Luego de rechazar que sea un pleito personal, Carlos Guichard remató: “Los animales son seres vivos como nosotros: hay gripita, cáncer, temperatura… hay de todo, pero para eso estamos, para trabajar con ellos, y además es complicado trabajar con fauna silvestre, sobre todo la nativa… pero categóricamente les digo que no ha habido muerte masiva de animales, y nuestra colección se mantiene completa”.