El evidente desmoronamiento de la iniciativa “Alcalde ¿Cómo vamos?” ha caído como balde de agua helada a Rómulo Farrera Escudero quien, ahora, se encuentra envuelto dentro de sendas confrontaciones y distanciamientos con los principales organismos empresariales de Chiapas, debido a la supuesta intervención del empresario para desvirtuar y manipular el funcionamiento de ese tipo de iniciativas, con fines electorales a su favor.
El conflicto que se ha desatado entre la Coparmex, Grupo Farrera y el resto de la iniciativa privada chiapaneca no es asunto menor. La molestia de Rómulo Farrera ha sido tal que esta misma semana instruyó la inmediata desincorporación de sus empresas de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco Servytur) en Tuxtla Gutiérrez, como represalia por la salida de dicho organismo de la iniciativa “Alcalde ¿Cómo vamos?”.
La molestia de agrupaciones empresariales como la Canaco, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) se desató desde hace varios meses atrás cuando “Alcalde ¿Cómo vamos?” comenzó llenarse en intereses estrictamente políticos, desvirtuando los mecanismos de desarrollo y evaluación, para convertirlos en simples instrumentos de golpeteo pre-electoral.
Aunque como buenos empresarios han tratado de guardar las formas y evitar caer en acusaciones públicas, lo que ha sucedido dentro del conglomerado empresarial ha traspasado ya las puertas de lo privado.
Las acusaciones entre charlas y comentarios sobre Farrera Escudero son serias y duras. Se le atribuyen reiterados intentos a fin de utilizar a la iniciativa privada para engordar su proyecto electoral, con miras a su posible candidatura independiente en 2018.
Hay quienes aseguran que el empresario se ha apoderado prácticamente de las decisiones al interior de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) en Chiapas, haciendo de este importante organismo un brazo ejecutor de sus intereses personales. Se trata de señalamientos reiterativos entre los miembros del sector empresarial que, con el paso del tiempo, han cobrado fuerza, prendiendo los focos de alerta al interior del gremio.
Así los rumores incendiarios referentes a la relación entre el Grupo Farrera y los organismos empresariales han comenzado a cobrar credibilidad, primero con la salida de la Canacintra, luego la de Canirac, seguida de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles y la Canaco (todo en sólo una semana), para finalizar con el sorprendente retiro de la propia Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), que terminó abandonando la iniciativa bajo los mismos argumentos de los organismos privados.
El evidente descontento de Rómulo Farrera por la determinación de la gran mayoría de las asociaciones empresariales chiapanecas, que parecen haberle dado la espalda y marcar distancia con sus aspiraciones políticas, significa un hecho coyuntural que podría incidir de manera directa en proyecto electoral que el empresario construye desde 2015.
En su ambición por fortalecer el control sobre la iniciativa privada local, con claros objetivos de beneficio personal, Farrera Escudero parece estarse quedando solo, debilitando -de paso- la que había sido durante años unas de sus mayores fortalezas.
El empresario hoy parece estar dentro de una encrucijada que lo aleja del rumbo que antes lo popularizó y ahora lo hace protagonista de prácticas arbitrarias que antes tanto denunció… así las cosas.