EL HOMO VIDENS: ANTE LA PANDEMIA
- Publicado en Editorial
EL HOMO VIDENS: ANTE LA PANDEMIA ES POSIBLE QUE SE ESTÉ HACIENDO UN USO ABUSIVO DE LA TELEVISIÓN Y EL INTERNET Y ESTEMOS DANDO PASO DE ESTE MODO AL “HOMO VIDENS”.
Ernst Cassirer define al ser humano como un animal simbólico, “el hombre no sólo vive en un universo puramente físico sino en un universo simbólico, lengua, mito, arte, religión, etcétera; son los diversos hilos que componen el tejido simbólico”. Lo simbólico representa todas las formas de vida cultural del hombre.
Para Marx, “lo concreto es material, lo abstracto es lo simbólico”. Los conceptos forman parte de lo simbólico, por ejemplo, casa, es algo concreto pero a la vez es algo abstracto porque representa muchas cosas; hogar, protección, vivienda, espacio personalizado, etcétera.
Ahora bien, la ruptura con los simbólico se da con la llegada del televisor; televisión como su propio nombre lo indica es ver desde lejos, es decir, llevar ante los ojos de un público de espectadores cosas que puede ver en cualquier sitio. Para el espectador, las cosas presentadas en imagen cuentan y pesan más que las cosas dichas con palabras. La imagen es pura y simple representación visual. La imagen se ve y eso es suficiente; y para verla basta con poseer el sentido de la vista. En la televisión basta con ver, y no necesariamente entender. La televisión proporciona imagen, sonido, forma, color; todo está dado, no se necesita pensar ni reflexionar. Por eso es tan placentera para todas las personas, sin importar la edad.
Con la llegada del ordenador no sólo se unifica la palabra, el sonido y las imágenes, sino que se introduce realidades simuladas, realidades virtuales. En la actualidad el nuevo soberano es el Internet, sería una verdadera tontería no reconocer las bondades de esta herramienta, que sin lugar a dudas ha venido a facilitar el trabajo, hacer la vida más cómoda y entretenida. Sin embargo, cuando se hace un uso abusivo de este medio en vez de ser una herramienta que podemos utilizarlo a nuestro favor, resulta perjudicial. Por ejemplo: hay niños, jóvenes y adultos que pasan horas y horas viendo televisión o conectados a la red. Para Giovanni Sartori “Lo que nosotros vemos o percibimos concretamente no produce ideas, pero se insiere en ideas o conceptos, que lo encuadran y lo significan; y éste es el proceso que se atrofia cuando el homo sapiens es suplantado por el homo videns. En el último, el lenguaje conceptual y abstracto, es sustituido por el lenguaje perceptivo, concreto, que es infinitamente más pobre”.
¿Qué pasa con la mente de estas personas? ¿Cuáles son los efectos negativos del uso abusivo tanto de la televisión como del Internet?
En el proceso de construcción del conocimiento Jean Piaget menciona tres elementos importantes: la asimilación, la acomodación y el desequilibrio. Con la simple imagen no se completa este proceso, queda mocho; el desequilibrio no se llega a dar. Pero ¿Qué es el desequilibrio, y por qué es importante? Como desequilibrio o desajuste vamos a comprender un elemento importante en la cognición de los sujetos que propicia un pensamiento complejo y crítico. Es un proceso por el cual el sujeto pasa de una idea subyacente a otra novedosa, amplia, diferente, más elaborada y abstracta. La asimilación y la acomodación por si solas no provocan cambios importantes en el sujeto, de ahí que la mayoría no pueda pensar una idea de manera simbólica y creativa; propiciando de esta manera un pensamiento reproductor y pasivo; a esto lo vamos a conocer como el pensamiento bonsái (tomado de la pedagogía del bonsái). Los mecanismos de la imagen, sutiles, naturalizados y silenciosos empequeñecen y subalterizan. Forman un pensamiento en pequeño, seres empobrecidos mentalmente.
La técnica del bonsái es una técnica oriental que reduce mutilando, manipulando cuidadosamente al árbol. Entonces, lo que podría ser un gran árbol, que busca expandirse, que se abre espacio, que crece, que es parte del paisaje, termina siendo un arbolito, de esta manera se puede acomodar de adorno en cualquier lado.
El pensamiento bonsái está presente en las personas que utilizan de forma abusiva, tanto la televisión como los ordenadores; porque el simple proceso de ver imágenes anula los conceptos, y de este modo atrofia la capacidad de abstracción y con ella toda capacidad de entender, de expansión mental.
Es preocupante observar cómo muchos adultos, sobre todo madres de familia, con tal de mantener quietos y entretenidos a sus hijos, les ponen el televisor o les dan el celular para que se entretengan viendo videos, y de esta forma poderlos tener controlados por horas y horas sin que se aburran. La imagen proporciona placer, por eso entretiene tanto a niños como a adultos. Desde la perspectiva de Sartori “A los 30 años el niño que ha crecido ante el televisor, la tableta, teléfono móvil, el ipad o cualquier otro aparato similar; será un adulto empobrecido, educado por el mensaje. Será pues, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural”.
Es importante aclarar que el Internet es un avance tecnológico maravilloso, un instrumento donde se puede encontrar todo tipo de información en el instante mismo que se requiera, pero la pregunta es ¿Cuántas personas utilizan el Internet como instrumento de conocimiento? Las estadísticas no son muy alentadoras, algunos estudios que se han realizado dejan ver que el 80% de la población en México, lo utiliza únicamente con fines lúdicos, por ejemplo: ver videos, conectarse a las redes sociales o en el peor de los casos ver pornografía; y no como un instrumento que ayude al crecimiento cultural e intelectual del sujeto. Las posibilidades de Internet son infinitas, para bien y para mal. Son y serán positivas cuando el usuario utilice el instrumento para adquirir información y conocimiento, es decir, cuando se mueva por genuinos intereses intelectuales, por el deseo de saber y de entender. El Homo videns, es un ser acrítico, pasivo, deja que otros piensen por él, de igual modo, es fácilmente manipulable y moldeable.
Ante este panorama ¿Cuál podría ser el antídoto? La respuesta es muy sencilla, la lectura. En la actualidad no hay pretexto para no leer, por medio de Internet se puede descargar casi cualquier texto que sea de nuestro agrado.