Tras señalar que en Chiapas existe un millón de evangélicos que tienen la necesidad en participar en política, el rector de la “Iglesia de Chiapas”, Cesar Serrano Nucamendi, expresó que desde esa iglesia cristiana se impulsa la organización “Generación de Cambio”.
En esta organización, Generación de Cambio, están deseosos y tendrán cabida los empresarios, profesionistas, evangélicos y toda aquella persona que nunca ha caminado en un trabajo del servicio público y que ahora con estos espacios lo podrán hacer.
El cristiano no debe estar alejado de la política, toda vez que como ciudadanos tienen responsabilidades sociales y civiles y por lo tanto también tienen responsabilidad política,- repitió- el rector Serrano Nucamendi.
Aclaró que tanto solo en la capital de Tuxtla, no existe una avenida ni mercado donde transiten los evangélicos, se vive una convivencia social que los obliga como cristianos a participar en política, porque los gobierno están constituidos y dirigidos por Dios.
Aunque aclaró que la Iglesia no se inmiscuye en la política, los evangélicos sí desean participar en ella para demostrar al pueblo que pueden ser mejores que los políticos que nos gobiernan.
CRISTIANOS
Cabe destacar que la corriente evangélica en Chiapas y en el mundo tiene cada vez más adeptos, fieles y simpatizantes, a saber por el descrédito y los hechos bochornosos en que se involucran otras religiones, principalmente el catolicismo, en donde se dan graves casos de corrupción y de pederastia.
En Chiapas el cambio entró en la época de Lázaro Cárdenas con la llegada del Instituto Lingüístico de Verano, cuya función era la explicación, interpretación y traducción de la Biblia en las comunidades nativas.
La penetración de otras sectas contrarias al catolicismo echó abajo tabúes, mitos y cacicazgos, pues el catolicismo a través de la ignorancia y la venta del poshil (aguardiente fabricado del maíz), por cientos de años mantuvo el control y la explotación de los indígenas chiapanecas.
La figura política más representativa del protestantismo es sin duda Pablo Abner Salazar Mendiguchía, quien de la iglesia del Nazareno, con una Biblia en la mano, saltó al gobierno de Chiapas. Luego fue encarcelado por un peculado de 104 millones de pesos y al parecer todavía tiene abiertos varios expedientes penales más.