#Ese Juan Sabines es el que Pablo creó; el Pablo de ahora es la creación de Sabines.
Los proyectos, heredados por el ex-gobernador Roberto Albores Guillén, quien en menos de dos años dio un nuevo rostro a Chiapas, y principalmente a Chiapa de Corzo.
Este martes por la mañana reapareció el ex-gobernador de Chiapas Pablo Salazar Mendiguchía, con más pena que gloria; fue más la incertidumbre y la expectativa que generó su regresó a los reflectores, que los adeptos que ganó entre la sociedad chiapaneca.
Es cierto que durante su administración estatal Chiapas tuvo un crecimiento económico y de obra pública, pero también es cierto que parte de ellos, los del inicio de su administración, fueron proyectos heredados por el ex-gobernador Roberto Albores Guillén, quien en menos de dos años dio un nuevo rostro a Chiapas, y principalmente a Chiapa de Corzo.
Precisamente dejó avanzada la nueva carretera a San Cristóbal; dejando un Fideicomiso y dejó etiquetado millones y millones de pesos. Además, la autopista a Las Choapas-Cosoleacaque la dejó avanzada e inició los primeros trámites del Aeropuerto "Ángel Albino Corzo".
A pesar del asunto de Cosoleacaque y los señalamientos que realizó Pablo Salazar en contra del ex-gobernador Albores justo en el acto de entrega–recepción, televisado y transmitido por Canal 10 a los hogares chiapanecos, y de la cacería que emprendió desde el primer día de su gobierno, Roberto Albores y María Gleason, su esposa, son respetados y desaparecieron del escenario político, sabedores que su tiempo terminó y que Albores hizo lo mejor que pudo cuando estuvo en el encargo.
De haber seguido la tradición priísta, y de haber impuesto al candidato del tricolor, quien sabe que tan bien nos hubiera ido con Sami David David. Simplemente, no le jugó a ser Dios.
Pablo Salazar no se puede quejar de su antecesor, no puede echarle la culpa a nadie de sus errores ni decir que encontró a Chiapas hundido en la pobreza o en la deuda, como reiteró en varios ocasiones en el mensaje que envió este lunes al querer encontrar un culpable de la deuda de Chiapas y de lo poco que puede hacer el gobierno de Manuel Velasco Coello
Pablo dijo que “el gobierno de Manuel Velasco Coello heredó una deuda por la que se pagan intereses de alrededor de 4 millones de pesos y que al final del sexenio serán más de 13 mil millones de pesos erogados únicamente para ese concepto; qué se podría haber hecho con se dinero, se podrían haber construido 7 puentes Chiapas, 12 aeropuertos como el del Ángel Albino Corzo, 6 carreteras como la autopista Tuxtla – San Cristóbal, 20 hospitales como el Ciudad Salud de Tapachula”.
Si se podrían haber hecho muchas cosas en el sexenio pasado por Chiapas, si Pablo hubiera defendido con esa esperanza que dice tener la voluntad de los chiapanecos. ¿Será que el ex gobernador no se imaginó qué clase de gobernador impulsó e impuso o dejó imponer por Andrés Manuel López Obrador? Para el caso es lo mismo-.
No le bastó ver como acabó con Tuxtla en su primer año, siendo apenas Presidente Municipal, y la deuda que también dejó en el Ayuntamiento Capitalino. Con el sistema de inteligencia que manejaba Pablo tampoco supo de los vicios y debilidades de su “cachorro”.
Es cierto, al final de su administración Pablo Salazar dejó un Estado con finanzas sanas, pero “la ganancia se volvió pérdida, seis años después, en menos de seis años llevaron al Estado a la bancarrota”, señaló en el mensaje transmitido en redes sociales, al hacer alusión al gobierno de Juan Sabines Guerrero, quien en 2015 fue nombrado Cónsul de México en Orlando, Florida.
Ese Juan Sabines es el que Pablo creó, el Pablo de ahora es la creación de Sabines. La idea central es que ni Juan ni Pablo dejan gobernar a Manuel Velasco, no sólo por los que le apuestan a tener la bendición del ex-gobernador –de cualquiera de los dos ex-gobernadores- y el apoyo del actual mandatario. Al final, el que sirve a dos amos, con alguno queda mal.
Continúan destapándose la cloaca en torno a Duarte y Sabines.
Lo que hemos venido denunciando sobre el mar de corrupción de la administración de Juan Sabines Guerrero, vuelve a destapar una pestilente cloaca , que inunda con ese olor fétido todo el territorio chiapaneco y en detrimento de las arcas públicas de Chiapas.
En Chiapas apenas ayer nos enteramos que la red de empresas fantasma utilizada por Javier Duarte en Veracruz también está involucrada en un posible desvío de fondos en Chiapas, durante el sexenio del cónsul de México en Orlando.
Según una investigación realizada por Raúl Olmos para Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, al menos tres compañías ligadas a la red fantasma de Veracruz obtuvieron contratos por 118 millones de pesos entre 2010 y 2012 para realizar labores de outsourcing en el Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla (SITUTSA).
El gobierno de Chiapas tiene participación accionaria del 51 por ciento en ese Sistema de Transporte conocido como “Conejobús”, el cual fue creado justamente por el gobierno de Sabines en sociedad con los transportistas, y en el que se invirtieron más de 120 millones de pesos para la compra de 90 unidades, dinero que provino de fondos públicos.
Señala la investigación que en 2010 se contrató a una red de empresas para que realizaran labores de outsourcing, y que desde su lanzamiento cedió la operación del “Conejobús” a tres empresas veracruzanas, a través de un esquema de outsourcing, en el que suministraban personal para el sistema de transporte y ofrecían servicios de asesoría contable y administración.
“Estas empresas de outsourcing son: RAVSAN Servicios Múltiples, que cobró en Chiapas más de 68 millones 600 mil pesos; Comercializadora Pagoli, que recibió 27 millones 850 mil y Corporativo Lizgar, con 22 millones 736 mil pesos. También fue contratada LG Asesores Corporativos SC, uno de cuyos colaboradores fue quien gestionó el registro legal de la marca Conejobús. Los contratos tenían vigencia hasta 2013, pero una serie de irregularidades detectadas aquel año en una auditoría, forzaron a su terminación anticipada. Las empresas veracruzanas contratadas por el anterior gobierno de Juan Sabines en Chiapas, forman parte de una compleja red fantasma que comparte socios y domicilios”, cita textual de la agencia de noticias Apro.
Entre líneas…
Para quienes ya están apuntando en las boletas electorales a Pablo Salazar Mendiguchía como próximo candidato en el 2018, déjenme les comentó que no puede ser gobernador de Chiapas nuevamente por la siguiente razón.
El artículo 38, fracción VI de la Constitución Política del Estado de Chiapas, dice que para ser Gobernador, se requiere no haber ocupado anteriormente el cargo de Gobernador Constitucional por elección popular.
P.D. El mensaje del ex-gobernador cerró con un llamado a una rebelión ciudadana pacífica, porque en el “2018 no habrá dinero que alcance para comprar conciencias”. La pregunta ahora es, si él no puede ser candidato a gobernador, ¿estará impulsando a un diputado federal que se ha convertido en el Robin Hood chiapaneco?