En San Cristóbal de Las Casas, don Alfredo Báez Navarrete, de 50 años de edad y originario de la Ciudad de México, relató que padece diabetes desde hace más de 20 años. Debido al avance de la enfermedad y a la falta de atención médica durante la pandemia de COVID-19, sufrió la amputación de su pierna derecha.

Indicó que llega al parque central porque no tiene trabajo, "estoy solicitando empleo porque los gastos son muchos: medicinas, transporte, alimentación. La diabetes se complicó y me amputaron la pierna hace 3 años, justo en pandemia, cuando los hospitales estaban llenos y no había atención”.

Actualmente, Báez Navarrete radica en San Cristóbal desde hace más de 12 años y sobrevive gracias al apoyo de la ciudadanía que le compra botellas de agua de sabores en el centro de la ciudad. Señaló que pese a solicitar empleo al gobierno, su discapacidad ha sido un obstáculo para ser contratado.

Finalmente, exhortó a las personas que viven con diabetes a cuidarse y evitar el consumo excesivo de bebidas azucaradas, como los refrescos, que agravan esta enfermedad crónica-degenerativa.

De acuerdo con habitantes del municipio, los ganaderos se vieron obligados a abandonar la región tras la invasión de miles de hectáreas de ranchos, entre ellos Buena Vista, donde actualmente funciona el municipio autónomo “17 de Noviembre”, Shaxolob, San Martín y Santa Ana.

El inmueble donde durante años operaron las oficinas ganaderas está en condiciones de destrucción total, abandonado desde hace 31 años; los ranchos nunca se recuperaron y ahora se ocupan como comunidades rebeldes, señalaron.

Los testimonios aseguraron que los antiguos ranchos hoy son utilizados para la siembra de maíz, café e incluso para la cría de ganado, pero bajo control de comunidades zapatistas. Muchos ganaderos se trasladaron a Comitán, Ocosingo, San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez; algunos ya han fallecido sin recuperar sus propiedades.

Además, más de 45 personas originarias del ejido Morelia fueron desplazadas tras negarse a incorporarse al EZLN. En ese lugar actualmente opera la Junta de Buen Gobierno. Los afectados aseguran que hasta la fecha no han recibido compensación alguna por sus tierras.

En la cabecera municipal de Altamirano aún permanecen varios desplazados, quienes mantienen la esperanza de que el gobierno federal algún día indemnice las propiedades perdidas durante el levantamiento armado de 1994.

Un tráiler cargado con cajas de galletas volcó en la peligrosa “Curva del Diablo”. En minutos, decenas de pobladores llegaron perfectamente organizados con radios, motos, mototaxis y vehículos para abrir la caja del camión y llevarse toda la mercancía.

Mientras tanto, las autoridades siguen de brazos cruzados. Apenas han detenido a tres personas, que ni siquiera fueron quienes abrieron el tráiler, cuando lo que hace falta son acciones firmes y no alcahuetería hacia quienes cometen este delito a plena luz del día.