Los efectos de un mal liderazgo en Oxchuc
- Publicado en Editorial
La política local de Oxchuc atraviesa por un momento crítico, marcado por las decisiones de unos pocos que parecen haber olvidado su compromiso con el pueblo. La sociedad ya no parece tener voz ni voto en la toma de decisiones importantes; todo se ha reducido a una serie de pactos entre líderes que, en busca de mantener su poder, se olvidan de la dignidad y de los intereses de la comunidad.
Es preocupante observar cómo algunos líderes locales, desde los de la cabecera municipal hasta los de los pueblos más alejados, parecen haberse rendido ante las tentaciones del poder y el dinero. Estos mismos personajes, que en su momento deberían ser representantes del pueblo, ahora se convierten en meros intermediarios de intereses ajenos, como el del Estado y, en muchos casos, el de su propio beneficio económico. ¿Hasta qué punto se han dejado manipular por aquellos que al final solo buscan continuar viviendo a costa de lo que es de todos?
Un claro ejemplo de este abuso de poder es el proceso electoral en marcha. ¿Quién tomó la decisión de dividir la elección entre la presidencia municipal, que será por urnas, y los síndicos y regidores, que serán elegidos a mano alzada? ¿Qué motivó tal modificación en los lineamientos, sin consultar a la base social? Esta decisión no solo genera confusión, sino que deja al descubierto la mano de unos pocos, como los líderes de los grupos locales y los agentes del gobierno, que se prestan para manipular el proceso electoral a su favor.
Es alarmante saber que en varias comunidades, como en la cabecera municipal, se desconoce este cambio. Esto pone en evidencia que no se trata de una decisión colectiva, sino de un arreglo entre unos cuantos, dispuestos a sacrificar la transparencia y la justicia en el proceso electoral por intereses personales. ¿Acaso los ciudadanos de Oxchuc no merecen algo mejor?
La situación empeora cuando vemos que algunos candidatos han sido excluidos, mientras que otros han sido impuestos sin considerar el sentir de la gente. Los mismos líderes que ahora se erigen como árbitros de este proceso parecen actuar con total impunidad, modificando las reglas a su antojo, como ya lo hicieron en el caso de la imposición de Luis Sántiz por parte del Congreso del Estado.
Y lo que es aún más grave: hay quienes ya se dan por ganadores. Enrique, del Frente Comunitario, afirma tener la presidencia municipal en su bolsillo, y hasta ha nombrado a su secretario municipal y particular. Si esto es cierto, ¿por qué no permitir que otros compitan de manera justa? ¿Por qué manipulan los lineamientos y evitan que otros se postulen? ¿Acaso no temen que, en un proceso libre y transparente, el resultado podría ser distinto?
Es evidente que Oxchuc necesita un cambio. La comunidad merece nuevas autoridades, con rostro fresco, pero sobre todo, con ideales firmes y una verdadera visión de transformación. Ya es hora de dejar atrás el clientelismo, la corrupción y los pactos oscuros, y empezar a construir un futuro donde la política esté al servicio del pueblo, no de unos pocos.
Es momento de que la sociedad recupere su voz y decida, de una vez por todas, el rumbo que desea seguir.