REFORMA, Chiapas. - Un agente de la policía estatal preventiva herido de gravedad, uno de seguridad pública lesionado y cuantiosos daños materiales, es el resultado de brutal choque ocurrido en las últimas horas en esta ciudad que colinda con el estado de Tabasco.

Los hechos se suscitaron en el tramo carretero Reforma-Ranchería Santa Cruz a la altura del Instituto Panamericano, cuando los agentes se dirigían al municipio de Juárez en una unidad tipo Dodge Ram color azul marino con blanco de la policía municipal, la cual era conducida por el elemento Freddy Hernández Zapata, de 40 años con domicilio en la colonia Centro.

Los uniformados custodiaban a la persona que traería el dinero para el pago de los adultos mayores, cuando a la altura del referido tramo fueron brutalmente impactados por una camioneta tipo Nissan color gris Cv-15623 placas de Chiapas, que era tripulada por Trinidad López Jiménez, de 50 años, con domicilio calle Álvaro Obregón, colonia Centro.

El impacto se originó por la falta de destreza del conductor de la nissan quien salía de un camino de terracería y buscaba incorporarse a la cinta asfáltica, por lo que no se percató de la presencia de las patrullas.

El chofer de la patrulla terminó con lesiones leves, mientras que el uniformado de la estatal preventiva que viajaba en la parte trasera Donaldo Hernández Gutiérrez, de 45 años, quien se golpeó la cabeza, salió proyectado de la unidad y terminó en la cinta asfáltica semi-inconsciente.

De forma inmediata llegaron elementos de protección civil quienes brindaron los primeros auxilios al agente de la PEP trasladándolo a un hospital de Villahermosa, en donde fue atendido de emergencia.

Los agentes de tránsito del estado revelaron que el chofer de la unidad Nissan es el presunto culpable y fue llevado ante el fiscal del ministerio público para ser escuchado en declaración sobre los hechos. 

Hace unos 5 meses atrás nadie creía que el partido PODEMOS MOVER A CHIAPAS subiría como la espuma a tal grado que, en los últimos días, es motivo de pláticas de café o de cualquier tipo de reunión, ya que no pasa desapercibido su crecimiento político con las masas y quien lo impulsa se ha sabido ganar el aprecio de la gente por su simpatía y su discurso humano, sin falsedad.

Mover a Chiapas tiene un líder que sabe hacer las cosas y estamos seguros de que en los municipios de la zona norte tendrá excelentes dirigentes quienes llevarán al partido a muchos triunfos en las elecciones de 2018.

Juárez es un bastión del partido PODEMOS MOVER A CHIAPAS en donde su dirigente sigue fielmente la trayectoria del líder estatal Enoc Hernández Cruz de buscar los caminos indicados, de llegar a la ciudadanía hasta convencerla de que serán la mejor opción para las próximas elecciones.

En el evento pasado en donde se llevó a efecto la Asamblea Estatal, se demostró que en la zona cuentan con la simpatía de miles de pobladores, ya que abarrotaron la ganadera local en donde se dieron cita más de 5000 personas que simpatizan con este instituto político.

Todo esto se debe a la dinámica, carisma y sinceridad de un líder quien ha sabido encausar la política, llegando a las bases, no haciendo política detrás de un escritorio, ya que esa forma es la que ya no da resultados.

Ahora la ciudadanía prefiere a la persona y no a los partidos, ya que han demostrado su incapacidad para gobernar. La política moderna es demostrar con hechos lo que se debe de hacer y no prometer nada, porque ese ha sido el factor primordial de que la ciudadanía ya no crea en la política.

El próximo año que son las elecciones cruciales en el país, se demostrará que el partido ya no importa, sino la personalidad de un candidato y muchos se llevarán sorpresas, ya que piensan que todavía vivimos en el siglo XX en donde los partidos representaban signos de victorias con cualquier candidato. Y si no, al tiempo…

·        Gracias a este programa, han bajado hasta en un 35 por ciento los hechos de tránsito derivados con el consumo de alcohol

·        La chaviza ya participa, ha asumido mayor conciencia y eso también es factor, destacan las autoridades

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. - La Fiscalía General del Estado (FGE) informó este fin de semana que, a través del operativo Alcoholímetro, se han aplicado 82 mil 776 pruebas en lo que va del año, lo que ha permitido la disminución hasta de un 35 por ciento en el número de hechos de tránsito derivados del consumo de alcohol.

La instancia local señaló que el éxito de este programa radica en la labor de concientización entre la ciudadanía, quien cada vez se suma a la cultura de prevención.

La Fiscalía General del Estado lleva a cabo una ambiciosa campaña integral de prevención que tiene como finalidad llegar a niñas, niños, jóvenes y adultos de todas las regiones de la entidad y acercarles información acerca del origen y las consecuencias de actividades ilícitas, las adicciones y las muertes provocadas por el consumo de alcohol u otras drogas.

Esta campaña de prevención contempla el programa Alcoholímetro, los Centros Especializados para la Prevención y Tratamiento de las Adicciones (CENTRA) y la Dirección de Denuncia Fuerza Ciudadana, entre otros exitosos modelos que hoy son replicados en diversas entidades del país.

De esta forma, el programa Alcoholímetro continúa desarrollándose con el respaldo ciudadano en los municipios de Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de Las Casas, Comitán de Domínguez, Tapachula, Tonalá, Palenque, Villaflores, Cintalapa, Ocosingo, Arriaga, Berriozábal, San Fernando, Reforma, Pichucalco, Frontera Comalapa, Motozintla, Tuxtla Chico, Ocozocoautla, Jiquipilas y Pijijiapan.

En estas acciones participan elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE), Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), Secretaría de Salud, Ayuntamientos y Protección Civil Estatal.

Del 1 de enero al 5 de agosto de este año, durante el operativo Alcoholímetro, 102 personas fueron remitidas al Ministerio Público por conducir en estado de ebriedad, de los cuales 95 son hombres y siete mujeres.

CIUDAD DE MÉXICO. -El PRI llegó a su Asamblea Nacional con cinco millones de votantes menos de los que tuvo en las presidenciales de 2012. Algo hicieron muy mal para encontrarse en la antesala de la derrota y de su nueva salida de Los Pinos.

En el eje de su decadencia está la arrogancia con la que empezaron a gobernar. Desdeñaron a los intelectuales, a los empresarios, a los comunicadores. Ningunearon a los militantes de su propio partido. A los sectores populares, donde está la principal nutriente de los votos priistas, les dieron dinero, pero no les dieron la mano.

La sociedad terminó de descomponerse por la ausencia de una política social incluyente, activa, que organizara a la población en torno a objetivos y valores.

En lugar de sentirse orgullosos partícipes de un proyecto, los pobres fueron relegados a una mera estadística, y a sus cuentas llega una ayuda mensual. ¿Se entiende la diferencia? Ahí está todo el problema. O casi todo.

Al presidente lo encerraron en Los Pinos o en auditorios controlados y le cortaron su principal cualidad política: la facilidad de conectar con la gente. Por el contrario, con esa lejanía y rigidez en el ejercicio del mandato lo hicieron odioso para la mayoría de la población.

Fallaron en economía en la primera mitad del sexenio. Los priistas recibieron un país que crecía al cuatro por ciento y el primer año del gobierno lo bajaron a 1.36. Apretaron el gasto público sin pagar a proveedores y trataron mal a los representantes del sector privado.

La deuda en el sexenio anterior creció siete puntos del PIB, y en la presente administración subió casi el doble, al grado de estar “en el límite de lo tolerable”, como expresó en su momento el Banco de México.

 Tuvieron, en los dos primeros años del sexenio, bonanza con los precios del petróleo. ¿Qué pasó? Se equivocaron en algo, y apenas el gobierno se está recuperando de esos errores.

Fallaron en seguridad. El Estado de México es un desastre. Sólo ahí perdieron un millón de votantes. Y no era sólo un problema de “coordinación” con los estados, sino algo más profundo como para que a estas alturas del sexenio tengamos índices de criminalidad que son similares o peores que en el gobierno anterior.

El tema de la inseguridad también es económico, por la gran desigualdad. Y de política social, por su ausencia.

La gran obra de este gobierno han sido las reformas estructurales, y no se le reconoce. Al contrario, la maquinaria de propaganda populista ha logrado que las reformas sean un factor de desaprobación hacia el presidente.

El gobierno perdió la batalla contra el populismo en los medios de comunicación, porque no tuvo aliados suficientes para darla. Van 14 o 15 ex gobernadores presos, procesados o prófugos, y se toma a este gobierno como sinónimo de impunidad.

Cada vez que atrapan a un pez gordo no hay reconocimiento a la tarea hecha, sino que escandaliza lo corrupto de los que atrapan a los corruptos. Algo hicieron mal para que exista esa percepción.

Ahora bien, ¿todo lo anterior implica que el PRI tenga perdida la elección presidencial del próximo año? Desde luego que no. Para ser precisos: no necesariamente.

Se han hecho cosas positivas en esta administración, y a pesar de lo ominoso del panorama con el nuevo presidente de Estados Unidos, la economía mejora, las exportaciones crecen, el consumo también, el turismo va que vuela, el peso repuntó y se ha mantenido una actitud digna ante Donald Trump.

Si en el último tramo del sexenio logran articular una narrativa que haga ver lo positivo de la administración, aunque los resultados se cosechen en los siguientes años… Y si sacan un buen candidato…