*Se presenta en la feria de Ixtacomitán rodeado de hombres armados con metralletas; causa indignación entre la gente que pide una investigación
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad conformado por hombres armados con metralletas, el cantante de música de banda Lupillo Rivera (Guadalupe Rivera Saavedra), se presentó este miércoles por la noche en el marco de la feria anual de Ixtacomitán, Chiapas, en honor al santo patrono La Santísima Trinidad.
La feria, llamada pomposamente raíces de mi pueblo por las autoridades municipales, se ha convertido en la cantina más grande de la zona norte de Chiapas en estos momentos. Se calcula que el ayuntamiento que encabeza Lorenzo Reyes Calderón está invirtiendo entre 6 y 10 millones de pesos.
Desde su entrada y hasta en toda su actuación, Rivera estuvo custodiado por los llamados guaruras. El blindaje fue tal que se colocó una enorme verja que encapsuló al cantante y cientos de asistentes al espectáculo se quedaron a muchos metros de distancia presenciando el show.
El hecho no sólo causó sorpresa entre los habitantes y las familias de este pueblo que se ubica en las zonas montañosas de Chiapas. Hubo también indignación por la prepotencia del artista y de los hombres armados pues suponen que estaban actuando en el norte. Sí estaban en el norte, pero en la zona norte de Chiapas, no en el norte del país en donde la violencia se ha desbordando rebasando a los cuerpos policíacos.
El operativo armado para proteger al cantante también causó miedo e intimidó a las familias. Las opiniones todas son de rechazo y condena, porque Ixtacomitán es un pueblo pequeño con gente amable y apacible como para que se le trate con tanto abuso y humillación.
Una mujer de 45 años, ama de casa que ha asistido al espectáculo de Lupillo Rivera con sus dos hijos, dijo a Primera Edición que el comportamiento del cantante es reprobable por el desmedido uso de poder. "Piensa que aquí vivimos criminales, pero se equivoca porque somos habitantes cordiales".
La señora ha dicho: "Estos cantantes se sienten amos y señores cuando van a un pueblo. Creen que son conquistadores y que nos hacen un favor viniendo a nuestra tierra a cantar su música de banda. Chiapas ya no puede seguir siendo tierra de conquista de mequetrefes como el tal Lupillo Rivera".
Hermano de la también cantante Jenny Rivera, fallecida en un misterioso accidente de aviación, Lupillo Rivera vive envuelto en escándalos personales que, al hacerlos públicos, dejan de formar parte de su vida íntima y se ventilan hacia afuera. Es un cantante de poca monta que posee una lujosa colección de coches con valor estimado en 3 millones de dólares y que está acostumbrado a regalar dinero en sus presentaciones.
El género de la música de banda, la que canta Rivera, ha sido vetado en varias partes del país porque supone apología del delito. En estados como Sinaloa y Chihuahua, al norte del país, la música de este tipo (narcocorridos) está prohibida porque ha incitado tragedias obligando a los congresos locales a legislar al respecto.
IRONÍA
En Ixtacomitán el pueblo considera como una ironía absurda lo que sucede en su municipio. El alcalde Lorenzo Reyes Calderón es de profesión médico pero, paradójicamente, usa el erario para fomentar ferias en donde corre el alcohol y se toma al son de la música de banda.
En las comunidades y en la propia cabecera municipal, en contraste, la gente necesita atención médica pero no hay porque el alcalde Reyes no invierte recursos para esos fines. Es decir, dicen aquí, le importa más la promoción del vicio que la salud de la población.