Feroz lucha por el poder en la UNACH
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* Hugo Armando Aguilar, cabeza de una mafia para tumbar al rector Carlos Eugenio Ruiz Hernández
*¿Quién está detrás del atentado a tiros que sufrió el ex director de ciencias agrícolas?
*Aguilar Aguilar despacha en una suite del hotel City Express; es herencia del sabinato
En la Universidad Autónoma de Chiapas se ha desatado una feroz lucha por el poder que puede traer graves consecuencias si las altas autoridades no intervienen con urgencia. Está en riesgo no sólo la gobernabilidad y paz social en la máxima casa de estudios, sino también la comunidad estudiantil que, otra vez, queda atrapada y vulnerable entre conflictos políticos.
El presunto atentado que sufrieron dos catedráticos de la Facultad de Ciencias Agrícolas con sede en Huehuetán, la tarde de este miércoles, puede ser la punta del iceberg de lo que podría significar una gran estela de corrupción, mafias y complicidades siendo el artífice Hugo Armando Aguilar Aguilar.
Con un rector longevo y cansado que más sabe de la exploración de ovarios que de academia, ya que Carlos Eugenio Ruiz Hernández es ginecólogo pero no tiene nada de experiencia en el ámbito universitario, la UNACH se encuentra al garete y esa coyuntura la ha aprovechado Hugo Armando Aguilar Aguilar.
Fuentes consultadas por el reportero señalan que Aguilar habría creado grupos de choque al interior de la UNACH para desatar la anarquía y forzar la eventual salida o renuncia obligada del rector Eugenio Ruiz Hernández. La apuesta de Aguilar Aguilar es al caos.
De tiempo atrás Aguilar Aguilar añora la rectoría de la UNACH. Ya estuvo en una terna de candidatos para ocuparla en el gobierno de Sabines, pero una llamada del tormentoso subsecretario Nemesio Ponce Sánchez lo aquietó y negoció su permanencia en la secretaría general de la Universidad, una posición clave que le permite el manejo discrecional de recursos (no rinde cuentas a nadie) y desenvolverse políticamente a placer.
Con un poder fáctico fortalecido en los miedos y las debilidades del médico Ruiz Hernández, Aguilar Aguilar domina todas las áreas universitarias, las facultades, la dirección de extensión y hasta la Junta de Gobierno. Le conocen como el jefe y todos se cuadran ante él porque saben que el Rector Ruiz es un pelele.
También tiene a su servicio porros amaestrados en guerrillas urbanas. Él mismo se formó en las revueltas callejeras y su pasado en las aulas universitarias es tenebroso. Por eso causó risa cuando este 15 de mayo se le entregó un reconocimiento por su trayectoria al servicio de la docencia, pues es un secreto a voces que su verdadera profesión son los chantajes políticos y el vandalismo. Es un porro consumado.
Aguilar fue impuesto en la secretaría general en el período del rector Ángel René Estrada Arévalo, éste involucrado en el escándalo de los nenes fallecidos en el hospital K de Comitán, en el grosero gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía. Todavía está aplazado un voluminoso expediente policial por esa tragedia.
Fue ratificado por Jaime Valls Esponda porque se considera un apaga-fuegos por el control que ha logrando con bandas gansteriles en la Universidad, sobre todo en la Facultad de Derecho de San Cristóbal. Lo mismo puede desbaratar un conflicto que crear otro siempre protegiendo sus intereses políticos.
Su relación estrecha con el gobierno de Sabines, sobre todo con Nemesio Ponce Sánchez, le permitió gozar prebendas y canonjías. Salía y entraba al despacho del subsecretario cuando se le pagaba la gana. Se llevaban a pellizcos de pompis.
Renta como oficina alterna una suite del hotel City Express cuyo costo no sale desde luego de su sueldo de 80 mil pesos mensuales, sino del erario de la UNACH. Allí, en esa suite, desfilan porros, directores de facultades y pandilleros que pasan por su mochada y se ponen a las órdenes del jefe.
ATENTADO
¿Quién está detrás del atentado a tiros que sufrió Carlos Gumaro García Castillo, ex director de la facultad de ciencias agrícolas de la UNACH con sede en Huehuetán? Si las pesquisas policiales llegan hasta las últimas consecuencias, pronto rodarán cabezas.
Aguilar Aguilar de inmediato se curó en salud. A su cuenta de Facebook colgó una condena al hecho y manifestó su solidaridad a Gumaro García. A explicación no solicitada, culpa admitida, dice el consejo. Uno nunca sabe.
No sería raro que la primera línea de investigación policial del atentado condujera precisamente al turbulento secretario general universitario.
El riesgo en la UNACH es que crezca el desorden por la ambición demoniaca de Hugo Armando Aguilar Aguilar de tumbar al rector Eugenio Ruiz para subir él a esa posición y cumplir su sueño anhelado.
Si lo logra, ¿a qué costo? No será sólo rezándole a San Juditas Tadeo, santo del que él es fiel devoto...
