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Pablo Hiriart

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Uso de razón: Por qué sufre el PRI en Edomex

 En teoría el PRI tendría que ganar caminando el Estado de México, pues se trata de la tierra del Presidente, donde más se han canalizado recursos federales, llevan de candidato a un Del Mazo y la oposición está atomizada. Pero sufre en empate técnico con un partido nuevo y una señora desconocida.

A reserva de abundar en el tema después de las elecciones, hay que apuntar cuatro factores que han llevado al PRI contra las cuerdas en su estado-bastión.

1.- La inseguridad en que tiene al Estado el gobierno local no conoce parangón en esa entidad. Ya hemos dado cuenta hasta el cansancio del incremento en las cifras de delitos que afectan a la gente que pierde su quincena en el transporte público, o a un familiar o amigo asesinado en un homicidio doloso.

El 95 por ciento de la población de Ecatepec –la más numerosa de la entidad- tiene miedo de subirse a un camión o a un pesero. Hace unos días Gabriela Warkentin contaba en redes sociales que a la señora que les ayuda en la limpieza por la mañana en W Radio, la han asaltado tres veces en una semana en el Estado de México. ¡Tres veces en una semana! ¿Qué le van a decir a esa persona y a los demás mexiquenses? ¿Que voten por el PRI porque Delfina es populista?

2.- La corrupción que permea a muchos gobiernos estatales y a sectores de la administración pública federal ofende a la población y no ha habido la humildad para reconocer el tamaño del problema y actuar para corregir. Tampoco ha habido la decisión de castigar a los malos funcionarios a fin de que se sepa que también hay muchos servidores públicos honestos.

Se han propuesto bases institucionales para acotar esos vicios en el futuro, pero el presente es el que agravia. Petróleos Mexicanos ha sido depredado por funcionarios que cobran por asignar contratos y hasta por dar audiencias. Pemex ha sido saqueada por contratistas y líderes sindicales. Eso llega a la población, está en los medios y no hay reacción del gobierno para depurar una empresa que si bien está bajo la dirección de un técnico con fama de honrado, es percibida como el barco insignia de la corrupción en el país.

Hermanado a ese dispendio, se dan conductas faraónicas contrarias al espíritu de una república, como las descritas ayer en estas páginas por Raymundo Riva Palacio. La corrupción es la madre de la inseguridad, de la impunidad y del desprestigio del partido gobernante

3.- La economía no ha estado a la altura de las expectativas ni de las necesidades de la ciudadanía. La caída en el precio y en la producción de petróleo han hecho que el crecimiento sea bajo.

Se han creado empleos y es un mérito innegable, pero el 94.8 de los trabajadores del país gana menos de 12 mil pesos mensuales. Solo una minoría, el 5.2 por ciento, tiene ingresos superiores a los 12 mil pesos, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI. Y si el poco dinero que la gente gana se lo roban en un asalto en el pesero, no hay forma de que vayan contentos y felices a votar por el PRI.

 

4.- El candidato parecía bueno pero no dio para más. Es un Del Mazo. Es decir, un samurái en el Estado de México. Pero no creció. Ni un punto le ha aportado al PRI. No sabe sonreír ni enojarse. No transmite nada. Y su equipo de campaña está compuesto por personas sin ligas con la gente de a pie: sin emoción social ni política. Por eso sufre el PRI en el Estado de México. Y si la tiene complicada en su entidad-bastión, qué no será en la elección presidencial. Pero de eso hablaremos después del 4 de junio.

Uso de razón: ¿Quién mató al periodista Javier Valdez?

Siempre será más fácil y desde luego menos riesgoso señalar al gobierno como culpable de la muerte de periodistas que apuntar a los asesinos: los narcos.

Y no digo “los narcos” como una generalización, sino que tienen nombre y apellidos.

No me vengan con que Javier Corral mandó matar a Miroslava Breach.

Ni que Quirino Ordaz fue el que ordenó asesinar a Javier Valdez.

O que Peña Nieto los instruyó a todos. Se trata de un facilismo cobarde, propio de los que sólo ven dividendos políticos en las situaciones trágicas, o quieren hacerse notar sin correr riesgo alguno.

Desde luego los gobernantes tienen responsabilidad en la descomposición que hay en algunos estados y en amplias zonas de la república.

A ellos corresponde hacer cumplir la ley y que nadie muera por investigar el narcotráfico y sus ramificaciones.

Pero un sector todo lo ve desde la perspectiva de la capitalización política para llevar agua a su molino.

Con el asesinato de periodistas, de nuevo quieren sacar provecho político para ayudar a crecer a su líder sobre las ruinas del país.

Suficientes problemas hay y errores ha cometido el gobierno como para inventarle que es asesino.

Lo dicen por oportunismo y cobardía.

A nadie le va a pasar nada si dice que Peña Nieto, Corral o Quirino son asesinos.

No habrá represalias por el simple hecho de que no lo son.

Pero cuando se trata de mirar al narco de frente, prefieren eludirlo, y darle cobijo social para exonerarlo de la condena pública.

Todas las sospechas apuntan a que quien mandó matar a Javier Valdez fue Dámaso López Núñez, alias “el Licenciado”, ex número dos del Chapo Guzmán, capturado el 2 de mayo en la Ciudad de México.

Dámaso está obsesionado con castigar a quienes “lo pusieron”, para ser detenido sin un solo tiro en la colonia Anzures de la capital.

En el operativo en que lo apresaron, Dámaso ofreció dinero para que sus captores le dijeran quién lo había entregado.

Al no encontrar respuesta amenazó a los federales y militares, uno a uno, con cortarles la cabeza a ellos y a sus familias.

Dámaso está obsesionado por la venganza. Por ahí viene una de las líneas de la investigación.

El capo molesto por el trabajo del periodista Javier Valdez.

Pero en lugar de exigir rigor contra ese narco, algunos gritan “fue el Estado”.

Luce más políticamente, da más prestigio en el círculo rojo, pero no conduce a la verdad.

El cuatro de mayo fueron detenidos en la Ciudad de México seis escoltas de Dámaso López Serrano (el “mini Lic”), hijo de Dámaso López Núñez, quien trae el pleito con los hijos del Chapo, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo.

Se trata de los sinaloenses Benigno Gastélum Sandoval, Ramón Arrellanes Almazán, Jesús Alejandro García Parra, Juan Enrique Rodríguez Acosta y Trinidad Francisco, así como el jalisciense Jorge Tovas Calleros.

Se les decomisaron un lanzagranadas, dos granadas, chalecos anti balas especiales (que no dejan entrar los proyectiles “mata policías”), un kilo de cocaína, cartuchos, 148 dosis de cristal, ocho equipos de comunicación.

Una jueza, María Elena Cardona Ramos, los dejó libres porque la captura “carecía de verosimilitud y razonabilidad”.

Ellos dijeron dedicarse a la minería. Para afuera. Esos sujetos, y el “mini Lic”, están sueltos gracias a las amenazas a una jueza.

 

Pueden matar a cualquiera. Pero la galería no apunta hacia ellos, sino adonde no hay riesgos ni consecuencias: “fue el Estado”. 

Uso de razón

Era un secreto a voces que Elba Esther Gordillo movía, a través de terceras personas, a la sección 36 del SNTE para que voten por Delfina Gómez en las elecciones del 4 de junio.

Ahora se comprobó con el video que publicó Reforma, en que el ex líder magisterial y acólito de Gordillo, Rafael Ochoa Guzmán, llama a los maestros de la 36 a votar por Morena.

Los engatusa con el argumento de que “Delfina es maestra” y por eso hay que apoyarla. Pero los motivos reales están en la venganza de Elba Esther contra Peña Nieto por haberla metido a la cárcel.

Tampoco le perdona la reforma educativa, con la que perdió privilegios estrafalarios. Gordillo no va a descansar hasta hacer pedazos a Peña Nieto, y la primera escala de su venganza es que Morena se quede con el Estado de México.

Ella fue lideresa de la sección 36 y tiene más ascendiente que Juan Díaz de la Torre y que el PANAL sobre los maestros mexiquenses.

Por eso mandó a su incondicional Rafael Ochoa Guzmán a leerles la línea a los líderes magisteriales para que no se confundan: el voto es por Morena.

La reforma educativa de Peña Nieto era inviable con la oposición del SNTE. Y Elba Esther Gordillo no iba a soltar el poder que le confería tener a la educación del país entre sus dedos.

Desde luego también había motivos judiciales de sobra para detenerla, aunque ahora por su edad debería seguir su proceso en casa. Sn embargo era impresentable que la profesora tuviera la inmensa riqueza que posee, a nombre suyo o de testaferros, con el sueldo de maestra de enseñanza básica.

Aviones, departamentos en Polanco, casas en Las Lomas, casas en el extranjero, y una falta de recato mínimo a la hora de vaciar anaqueles en las más lujosas tiendas de México, Nueva York y París.

Y encima de ello, tenía al magisterio en un puño para que nada se moviera sin su consentimiento. Desde su detención movió sus piezas para atacar con furia, a través de sus operadores políticos y de medios, al ex procurador Jesús Murillo Karam, que fue el encargado de armar el caso en su contra.

Tal vez Murillo se merezca eso y más, pero en los ataques en contra suya no ha estado ajena la mano de la profesora Elba Esther Gordillo.

Se acerca el fin del sexenio, no le dieron la autorización para seguir su proceso en casa (como debería ser por un acto humanitario) y operar políticamente desde su hogar, y subió la mira.

Va directo contra Peña Nieto. Y como Peña no ha sabido hacer aliados en los medios y Elba Esther sí, el desenlace del pleito es de pronóstico reservado.

Lo que está enfrente es la elección del Estado de México. Y aunque Gordillo no maneja al Panal, sí tiene fichas para mover en favor de los candidatos de Morena.

La sección 36 es suya y a través de Rafael Ochoa Guzmán llama a trabajar en favor de Defina Gómez. Por eso a López Obrador ya no le oiremos una sola palabra en contra de Elba Esther.

Hace un par de años fue la que le “robó la Presidencia”, una delincuente, cacique y otras linduras con las que se refería a la ex todopoderosa líder del SNTE.

Ahora Gordillo y López son aliados. Van por el Estado de México.

 

(El texto original de este artículo fue publicado por la Agencia Quadratín en la siguiente dirección: https://chiapas.quadratin.com.mx/opinion/uso-razonpablo-hiriart-12/)

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