Cuando Franklin Roosevelt llegó a la presidencia de los Estados Unidos, su país atravesaba la peor crisis económica mundial del siglo XX. Su carácter de estadista lo llevó a tener una lectura perfecta de los acontecimientos políticos al grado de afirmar que en política nada ocurre por casualidad, pues cada que un acontecimiento surge se puede estar seguro que fue previsto así. En efecto.
Quizá por ello pocos ven una oportunidad donde otros no. Ahí está Enoc Hernández que se retomó un proyecto como el limón persa y que le ha valido la crítica de algunos y el señalamiento de otros. Buscan comparar su rol en la política con el proyecto que ahora trae entre manos y que le ha dado hasta el mote de lord del cítrico, pero pasan por alto que se mantiene vigente en el tejido de relaciones y la siembra que en política es fundamental para el futuro.
Su tirada, si me lo pregunta, va más allá del barco que muchos piensan usa de salvación. Empecemos por mencionar que México produce 2.4 millones de toneladas de limón. A eso le sumemos lo que las malas lenguas afirman que el flaco es el segundo a bordo del líder nacional de este producto y pues hay va, armando su camino como empresario y productor sin hacer caso a las críticas.
Por ejemplo, la fotografía de hace días con el legislador Ricardo Monreal Ávila, que a muchos les importó por la imagen dada, no fue analizada en su forma total y por tanto no se analizó el fondo. Guste o no, así es.
Que la reunión llevada a cabo fuese en el Senado de la República significa que hay interés del gobierno federal de tomar en la agenda nacional el tema de la producción de limón y podríamos verlo en breve, lo cual mete a Enoc en una esfera diferente y que, no sabemos, quizá sea la jugada que ha venido formando.
Ahora, cuando digo lo de la agenda nacional parto de que son más de 100 mil hectáreas las cultivadas de limón en todo el país y que dicha cadena productiva aporta, según datos del propio Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), más de dos millones y medio de jornales en 11 estados del país. Nada mal.
Eso sí, sin mencionar que la derrama económica es superior a los 8 mil millones de pesos tras ser comercializado y que se ubica como el tercer producto del agro mexicano con calidad de exportación, sólo atrás del café y el aguacate hass. Un dato que se debe tomar en consideración.
Ahora, si analizamos el panorama en el todo, Enoc no está desubicado como dicen algunos. Su movimiento es hábil y lo mantiene ahí porque, quieran o no, retomó un tema que a nadie parecía importarle hasta ahora y buscará seguir haciendo ruido, lo cual no le cuesta porque conoce bien cómo se mueven las cosas en política.
Ya veremos para dónde apunta el tiro del flaco. Seguro que sabe bien cómo se mueven los tiempos, pues trae un padrino fino en tejer alianzas desde la cúpula nacional, lejos de la aldea, con cercanía al presidente y eso, probablemente, le valdrá para bien.
#SINRUMBO Me pregunta un amigo si sé quién le asesoró a Carlos Morales ese rol de ruptura y frivolidad que ha manejado con la prensa en la capital. Sin temor a equivocar la respuesta le digo que no creo que alguien se le haya sugerido eso, pues desde la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural venía tomando una relación ríspida con muchos.
Y no hablo de que se den jugosos convenios institucionales o de conferencias confeccionadas a modo, sino de su papel de confrontación que le ha valido una imagen desangelada. Se muestra como un alcalde apático al que le da lo mismo lo que se diga o se deje de decir.
Y aquí es donde Carlos Morales equivoca el rumbo, como señaló en un tuit el periodista Rodrigo Ramón Aquino. El alcalde es el jefe del municipio. No se trata de qué se dice de Carlos, lo cual sería a modo personal si no tuviese una embestidura. No es así. Morales es el edil de Tuxtla, la capital, y es el abanderado de Morena, del partido del Presidente de la República, del proyecto de la Cuarta Transformación y como tal no está haciendo nada.
Ojalá y su encargado de medios entienda que su trabajo es cuidar la imagen del alcalde y mostrarlo cercano a la gente. Tuxtla no le debe nada a Carlos Morales. Por el contrario, debería estar agradecido que el seis de seis lo terminara eligiendo aunque ahora sea lo peor que ha tenido la capital y eso es ya bastante grave si tomamos en cuenta los tiempos.
#MANJAR.- Escuché cuatro discursos en la sesión del Congreso local. Con ello me queda claro que más de uno debería buscar ayuda profesional, y no me refiero al psicólogo por ahora. Bastó que escuchara a varios para ver cómo tropiezan con la lectura, carecen de dicción y hasta pronuncian mal las palabras, lo cual me hace pesar que alguien que tampoco sabe les redacta sus textos. Quizá no sepan que hay algo que se llama asesoría política. Sale caro, claro está, pero al menos eso les evitará pasar escenas lastimosas y mostrar sus grandes lagunas profesionales. Pocos diputados son los que se salvan, pocos los que se manejan los temas y que entienden el rol que les corresponde jugar en el Legislativo. Esto va más allá de una pasarela, aclaro. No se trata de subir por subir a tribuna. Para la otra, calladitos se ven mejor. #OfrezcoServicios // “Si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañarse de que sus adversarios lo hagan culpable de la sequía”. Dwight W. Morrow. #LaFrase// La recomendación de hoy es el libroPoemar de Fernando del Paso y el disco Mechanical Bull de King of Leon. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
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