* ANÉCDOTAS DE CUANDO YASSIR COMÍA EN LA CANTINA EL TUBAZO * SE PRESUME QUE ESTÁN LISTAS LAS ÓRDENES DE APREHENSIÓN * LO NORMAL: LALO RAMÍREZ Y PENAGOS LIDERAN EL CONGRESO Destacado
- Escrito por Húbert Ochoa
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YASSIR
Yassir Vázquez Henández llevaba una vida insignificante hasta que el poder tocó a su puerta cuando Juan Sabines Guerrero despunta su carrera política como diputado local. Siendo alcalde, Sabines coloca a Vázquez Hernández en una postura estratégica que le permitía tener contacto con la gente para así ir aplanando el camino rumbo a sus aspiraciones, sólo que éstas se truncaron abruptamente porque el poder intoxica tanto a los hombres que termina enloqueciéndolos. Los vuelve idiotas. No a todos, claro.
La cantina El Tubazo, ubicada sobre el lado norte poniente de la ciudad, es famosa por sus botanas.
La oreja y la carraca son las más solicitadas que van generosamente adornadas de deliciosas rodajas de cebollas, tomate y aguacate. Es una cantina democrática porque pueden frecuentarla obreros, albañiles, carpinteros, los estafadores de incautos con el juego de la bolita, prostitutas, rateros, hasta maestros de la CNTE en día de quincena.
Héctor Darío, mesero decano de la célebre tasca, me dijo en una ocasión: Aquí venía Yassir. Se sentaba siempre en una mesa de aquella esquina y señala con el índice derecho el lugar preferido por el ex alcalde, cerca de la rocola. Ponía diez pesos de música en canciones de Los Tigres del Norte (le gustaba el jefe de jefes) y de Marco Antonio Solís la de tu cárcel.
Yassir Vázquez pedía un plato mixto de oreja y carraca que comía con cerveza sol. Al tubazo igualmente llegó varias veces Juan Sabines. Ambos, desde luego, eran simples terrenales. Sabines también visitaba con frecuencia el restaurantillo Los Limones, propiedad de Carlitos Hernández, localizado en la avenida central poniente, a unas cuadras del parque de la marimba, en donde ordenaba tacos al pastor y tomaba whiskys etiqueta roja.
Debo aclarar que conocí a Héctor Darío para corroborar el dato que me dieron. Asistí al tubazo en compañía de un amigo médico y, en efecto, es un lugar en donde se mezcla el tufillo a micción, las mentadas de madre de los parroquianos, las carcajadas, el olor a costillas de cerdo fritas y el aroma del menjurje entre loción verde y albahaca, pero ciertamente allí se olvida por algunas horas las complicaciones de la existencia, sobre todo ahora que Chiapas atraviesa un problema económico que genera falta de circulante y lamentos en las familias.
En la colonia Las Palmas, en una esquina de la entrada principal, hay una cenaduría especializada en parrilladas y carne asada. Yassir Vázquez acudía sólo y, arrinconado en una mesa del fondo, cenaba y bebía whisky etiqueta roja. Se le observaba ensimismado, con rostro de angustia. No sonreía y una noche conmovió a los meseros porque repentinamente se soltó en llanto. Nunca se supo porqué. Hablamos de su época de pelagatos, no en la que disfrutó el imperio.
EL OTRO YASSIR
Responsable del quebranto financiero en la comuna de Tuxtla Gutiérrez en donde heredó una deuda cercana a los mil millones de pesos, Vázquez ya no es por supuesto aquel sujeto mediocre que acudía a los tugurios y a los merenderos nocturnos, sino uno de los nuevos ricos de Tuxtla dueño presuntamente de propiedades en Cancún y Acapulco, con una chequera envidiable que usted y yo jamás podríamos alcanzar en toda una vida de trabajo.
En quince meses (contando el interinato de Felipe Granda Pastrana, que de vendedor de pantimedias pasó a primera autoridad de la ciudad por turbios arreglos de Nemesio Ponce Sánchez, el poderoso subsecretario de gobierno durante seis años), los impuestos de los tuxtrlecos sirvieron para pagar al menos once millones de pesos en viáticos, gasolina y telefonía celular del círculo de primera línea.
Quizá eso resulte una bicoca en comparación al millonario fraude que representó la obra que viva el centro, anunciada como el proyecto estelar del sexenio anterior y con el que habrían de inmortalizarse Sabines y Yassir Vázquez Hernández.
Según las estimaciones, la inversión planeada de 400 millones de pesos se rebasó en mucho provocando un enorme boquete monetario que obligó al ayuntamiento siguiente a gestionar al menos 2 mil millones de pesos adicionales a su presupuesto, sólo en su primer año de ejercicio.
No obstante la exigencia colectiva de mandar a prisión al ex alcalde y a todos los implicados en ese gigantesco atraco, hasta ahora no se dan a conocer los resultados de las auditorias que conjeturalmente llevó a cabo el Órgano de Fiscalización Superior del Estado. Son al menos 86 empresas que, se dice, estuvieron sujetas a una indagación con lupa para determinar su grado de complicidad o exculpación en ese hecho que mantiene indignados a los tuxtlecos.
El sentido común concluye que la obra que viva el centro no sólo destruyó la capital y su imagen urbana con calles y avenidas que transitarlas a pie o en coche resulta un vía crucis, sino se trató del pretexto ubérrimo para que una banda de ladrones se apropiara del erario público con singular hartazgo.
-LOS 50 LADRONES-
El 7 de abril de 2013, la PGR dio entrada a la demanda presentada por el activista social Horacio Culebro Borrayas en contra de 50 funcionarios del sexenio 2006-2012, por los delitos de asociación delictuosa, delincuencia organizada, abuso de funciones, abuso de autoridad, entre otros.
No se sabe en donde se hallan los ex funcionarios bajo sospecha. Hay datos de que los dueños de algunas constructoras que tuvieron qué ver con la obra que viva el centro están escondidos en Estados Unidos. A Yassir no se le ve en Tuxtla desde enero de 2013 y se ignora su paradero.
El penalista Horacio Culero Borrayas dice que es urgente calmar la sed de justicia de los chiapanecos. Pero no es suficiente, insiste Borrayas, en que los responsables del robo del siglo en Chiapas y de la asfixiante crisis económica que nos agobia, sean nada más llevados a la cárcel: también se les debe confiscar lo hurtado, pues eso pertenece al pueblo.
NORTES
LO normal: Eduardo Ramírez Aguilar, el gran Lalo, se mantiene al frente de la presidencia del Congreso del Estado y el diputado Charly Penagos Vargas pasa a la Junta de Coordinación Política del Congreso chiapaneco. Esto por unanimidad de todas las fracciones parlamentarias. Eso es genial. Ganan los chiapanecos...QUE Juan Carlos Cal y Mayor Franco, todavía titular del inoperante Consejo de la Cultura y las Artes (Coneculta), fue corrido a mentadas de progenitora de un evento en Chiapa de Corzo, el fin de semana pasado. Hay bisbiseos de que Cal y Mayor está más enfocado en organizar eventos artísticos que en promover la cultura. Dicen, no me consta, que es mánager de un chavito que se llama Mario Bautista y que canta espantoso... AYER desayunando en el Toks de plaza del sol me comentaron que la secretaría de la juventud y del deporte en Chiapas es un desastre. ¿Qué pasa José Luis Orantes Constanzo?...ES TODO.