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¡Invierte con Mercado Pago y haz crecer tu dinero al máximo!Montevideo, 13 de mayo de 2025 — José Alberto Mujica Cordano (1935–2025), expresidente de la República Oriental del Uruguay, falleció a los 89 años, víctima de un cáncer de esófago que había hecho metástasis. Su muerte representa la clausura simbólica de una época en la política latinoamericana caracterizada por liderazgos de fuerte raigambre popular, ética práctica y discurso antipolítico en el mejor sentido del término: aquel que denuncia el poder por su instrumentalización deshumanizante.
Integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, Mujica fue apresado por la dictadura uruguaya durante casi 15 años. Su pasaje del radicalismo insurgente a la praxis parlamentaria representa un caso paradigmático de “transición personal e ideológica” en el marco de los procesos democratizadores postautoritarismo en América Latina (Mainwaring & Scully, 1995).
Una vez incorporado al Frente Amplio, Mujica fue electo diputado, senador y más tarde presidente (2010–2015). Su gobierno fue analizado como un equilibrio entre realismo pragmático y convicciones ideológicas, particularmente en lo relativo a políticas públicas innovadoras como la regulación del cannabis (Boidi, López, & Queirolo, 2016), el matrimonio igualitario o la legalización del aborto. Una ética del límite: austeridad y crítica al consumo Más allá de sus políticas, Mujica se volvió una figura global por su discurso ético, centrado en la austeridad personal como forma de resistencia al capitalismo hegemónico. “Pobre no es el que tiene poco, sino el que necesita infinitamente mucho”, afirmaba, sintetizando lo que ha sido interpretado como una forma de “ética republicana de la sobriedad” (Garcé, 2014).
Su vida en una chacra rural, la renuncia a privilegios presidenciales y la donación del 90% de su salario fueron vistos como prácticas de coherencia moral y rechazo al privilegio de clase dirigente. Estas elecciones le valieron el apodo de “el presidente más pobre del mundo” por medios internacionales (BBC, 2012), aunque él mismo rechazó dicha etiqueta.
Mujica también operó como un comunicador excepcional. Su capacidad para transformar principios complejos en frases coloquiales —como “La libertad no es hacer lo que se quiere, sino tener el coraje de hacer lo que se debe”— le otorgó un estatus particular en la esfera pública. Estas frases operaban como “aforismos cívicos” (Mardones, 2018), simplificaciones de ideas éticas y políticas que facilitaban el acceso a debates complejos sin caer en populismos vacíos.
El filósofo italiano Piergiorgio Odifreddi (2017) ha señalado que Mujica representa un caso de “ética secularizada”, donde los valores tradicionales (honestidad, humildad, compromiso) son recuperados fuera del marco religioso, articulando una “filosofía política laica de inspiración popular”.
El pensamiento de Mujica interpela de forma transversal a los estudios políticos, filosóficos y culturales. Frente a una época dominada por la tecnocracia y el vaciamiento de los afectos en la política, su legado se inscribe en una “pedagogía del sentido común ético” (Boaventura de Sousa Santos, 2020), que desafía tanto a las izquierdas pragmáticas como a los populismos autoritarios.
En palabras del propio Mujica, poco antes de anunciar que no se sometería a tratamiento oncológico: “No tengo miedo de morir, tengo miedo de no haber vivido lo suficiente”. Su muerte es el cierre biológico de una vida singular, pero su pensamiento continuará estimulando reflexiones sobre cómo vivir con dignidad, hacer política sin corromperse y gobernar con los pies en la tierra.
Ciudad del Vaticano, 8 de mayo de 2025 — El Vaticano ha anunciado oficialmente la elección del nuevo papa, tras dos días de deliberaciones del cónclave cardenalicio en la Capilla Sixtina. A las 18:07 (hora local), el mundo fue testigo de la tradicional fumata blanca, señal inequívoca de que la Iglesia Católica ya tiene un nuevo pontífice.
La elección se produce luego del fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, lo que dio inicio a un período de sede vacante y la convocatoria del cónclave con 133 cardenales electores de todo el mundo.
Aunque aún no se ha revelado públicamente el nombre del sucesor de Francisco, se espera que el cardenal protodiácono Dominique Mamberti lo anuncie en los próximos minutos desde el balcón de la Basílica de San Pedro, con la histórica fórmula:
"Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam."
El nuevo pontífice aparecerá inmediatamente después para impartir la bendición Urbi et Orbi, marcando así el inicio oficial de su pontificado.
Entre los nombres más mencionados en los días previos al cónclave figuraban los cardenales Pietro Parolin (Italia), Luis Antonio Tagle (Filipinas), Matteo Zuppi (Italia), Peter Erdö (Hungría) y Pierbattista Pizzaballa (Italia), aunque aún no se confirma quién ha sido elegido.
La elección de un nuevo papa siempre representa un punto de inflexión para los más de 1.300 millones de católicos del mundo. Más allá de la elección del nombre y origen del pontífice, muchos fieles esperan señales sobre el rumbo espiritual, social y político que tomará la Iglesia en los próximos años.
Seguiremos informando en cuanto se confirme la identidad del nuevo papa y sus primeras palabras como líder de la Iglesia Católica.