OBISPOS CONDENAN ATAQUES ARMADOS Y AGRESIÓN A RELIGIOSA
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Los obispos de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez y Luis Manuel López Alfaro, auxiliar, condenaron enérgicamente los ataques armados que se han estado registrando entre indígenas en los municipios de Aldama y la comunidad de Santa Martha de Chenalhó.
“Sentimos mucha preocupación, porque no se ha llegado a resolver el problema de fondo y ha escalado la violencia con ataques diarios en distintos puntos y a distintas comunidades de Aldama; ya varias veces, de manera privada o pública, hemos denunciado esta situación ante las instancias de gobierno federal y estatal, así como hemos pedido el desarme de estos grupos de corte paramilitar”, aseveraron en un comunicado.
“La mañana del miércoles, un grupo de personas de Cáritas de San Cristóbal y del Fideicomiso por la Salud de los niños Indígenas de México en coordinación con la parroquia de San Andrés Apóstol, que entregaban ayuda humanitaria a familias desplazadas, por la situación de la violencia armada, fue atacado por un grupo armado de corte paramilitar, los disparos, con armas de alto calibre, presuntamente son del Sector Santa Martha, cabe señalar que, por la misma situación, la ayuda humanitaria no se ha podido llevar a las comunidades y las mismas padecen una crisis alimentaria y de servicios básicos”, indicaron.
Lamentaron el ataque que sufrió la religiosa María Isabel Hernández Rea, una de las hermanas Dominicas, quien resultó lesionada con arma de fuego en la pierna derecha, “reprobamos este ataque y los anteriores que han sufrido las comunidades y nos unimos a la petición encarecida para que se esclarezcan los hechos y se castiguen a los responsables, intelectuales y materiales, de este ataque armado y de los que han tenido que padecer los pueblos de esa zona”.
Aguilar Martínez y López Alfaro, exigieron al gobierno de México y al estado de Chiapas, se garantice la seguridad de la población vulnerable en las comunidades, así como el desarme y la desarticulación de los grupos civiles armados de corte paramilitar de esa zona, junto a quienes les proveen de las armas, y aplicar todo el peso de la ley.
“No queremos otro Acteal, no queremos más heridos y muertos, no queremos más personas desplazadas, no más sufrimientos de mujeres, niñas, niños, y adultos, ya no más armas en los pueblos”, acotaron los prelados.