Víctor Moguel Sánchez: una historia de abusos e impunidad
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*Esta es una crónica de los abusos y atropellos de Víctor Moguel Sánchez, actual subsecretario de atención a migrantes y quien sigue cobijado por la impunidad al ser ahijado del ex gobernador
Juan Sabines Guerrero no está muerto políticamente hablando. De entrada ocupa un cargo diplomático con el que puede traficar influencias, posee una chequera envidiable capaz de comprar hasta la voluntad más onerosa y tiene dentro de la estructura política a varios de sus lacayos más fieles para hacerle la avanzada, como Víctor Moguel Sánchez que desde mediados de 2014 es subsecretario de Atención a Migrantes en la Secretaría para el Desarrollo de la Frontera Sur.
Moguel Sánchez es hijo de Carlos Moguel Sarmiento, secretario particular del ex gobernador Juan Sabines Gutiérrez. Debido a esta cercanía, Juan Sabines hijo lo acogió como a uno más de su familia. Lo hizo su ahijado.
En el sexenio pasado le dio trato preferencial, lo colmó de privilegios y le dio poder, comparado nada más con el que ejerció el ex subsecretario de gobierno Nemesio Ponce Sánchez, que fue temido y adorado por funcionarios segundones, dirigentes de partido, alcaldes, diputados y hasta senadores.
En abril de 2011, el gobierno de Sabines Guerrero creó el Partido Orgullo por Chiapas (hoy Chiapas Unido) del cual el primer dirigente fue la esposa del ex mandatario, Isabel Aguilera de Sabines, que de ser reina de belleza en Tlaxcala pasó a primera dama y posteriormente a lideresa de un partido que representó lo más corrupto del sabinato.
Fue a través de ese instituto político que Sabines colocó a Víctor Moguel en una regiduría plurinominal en Tapachula por el periodo 2012-2015. Más tarde hizo que relevara a Isabel Aguilera en la dirigencia estatal.
Víctor Moguel es un junior aficionado a las parrandas, a la buena comida, a la ropa de marca, a los perfumes costosos que equivalen al sudor divino, y a los viajes. Por mucho tiempo ha sido cliente consentido del bar Chilis, al poniente de Tuxtla Gutiérrez. Se dice que siendo regidor llegó borracho en repetidas ocasiones a las sesiones de Cabildo en Tapachula.
Al convertirse en líder del partido, Moguel Sánchez se hizo cargo de administrar los casi 400 mil pesos que el organismo recibía mes a mes para el financiamiento de sus actividades. ¿Qué hizo con ese dinero del que nunca entregó cuentas?
Por otro lado, a la par de su poder están sus graves excesos por los que nunca ha sido llamado a cuentas. Jamás ha pisado una Agencia del Ministerio Público y la última vez que llegó a una comandancia de la policía fue para rescatar, a punta de golpes y mentadas de madre, a uno de sus amigos que había sido detenido en Tapachula cuando él fungía como regidor.
EL ENDEMONIADO
En el colmo de la impunidad, después de tres años no hay justicia para la eficiente agente de la policía María del Carmen Escobar, que sufrió una brutal golpiza de parte del entonces regidor de Tapachula estando ella con cuatro meses de embarazo. Por esta acción Moguel Sánchez fue denunciado por el consorte de la agredida, José Luis Martin Chaleco, ante la extinta Procuraduría de Chiapas y tiene la queja CEDH.0253/2014 en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
Se presume que bajo los efectos del alcohol, Víctor Moguel irrumpió como endemoniado en la división de la policía municipal de Tapachula el viernes 28 de febrero de 2014, alrededor de las 09:30 de la mañana, para liberar de la cárcel a Rodrigo Peña Anza, su compañero de bacanales, que fue arrestado por los agentes de tránsito municipal.
La violencia del funcionario inició cuando uno de los tráileres de Peña Anza fue infraccionado por oficiales viales por estar obstruyendo el tránsito y por hacer maniobras de descarga sin contar con el permiso correspondiente.
La detención del camión ocurrió en la 19ª. Calle Oriente entre 19ª y 21ª Avenida Norte, y hasta ahí llegó Peña para tratar de evitar la multa. Gritó, manoteó, pero los polizontes no se intimidaron. Y cuando se dirigían a la comandancia fueron perseguidos por Peña Anza en una camioneta marca Toyota con placas de circulación PDS-36-93.
Una vez estando en la agencia policial, Rodrigo Peña utilizó la frase de los influyentes: “No saben con quién se están metiendo”. Sus gritos subieron de volumen al igual que sus amenazas, situación que obligó a las autoridades a arrestarlo. Estando tras las rejas, dijo que era amigo de El Chapo (quién quiera que éste sea) y que pronto llegarían por él para liberarlo.
Ciertamente, en pocos minutos llegaron por él. Pero no se trataba de El Chapo, sino del regidor sabinista Víctor Moguel Sánchez junto con una bola de pandilleros.
Moguel Sánchez entró a la jurisdicción policiaca sin identificarse y no pidió, exigió que pusieran a su amigo en libertad. Sus gritos eran ensordecedores. Aventó las sillas que encontró a su paso. Algunas de las personas que estaban en el lugar optaron por hacerse a un lado. Otros mejor se fueron. El regidor pateó escritorios y puertas e insultó al Director Operativo. A la sazón, tres valientes policías se le acercaron para intentar calmarlo, pero fueron golpeados por su cuerpo de seguridad.
En vano fue que el Jefe de tránsito le explicara por qué Peña Anza había sido encarcelado. Así que al no obtener la respuesta que esperaba, Moguel se encaminó hacia las celdas, seguido por sus guaruras.
La agente María del Carmen Escobar custodiaba la cárcel donde se hallaba preso el criminal. El regidor le ordenó que la abriera. Ella se negó. “No estoy autorizada para hacerlo, señor”, le dijo.
Moguel se enfurece y la empuja. María cae al suelo sobre su costado izquierdo emitiendo un gritillo de dolor. Sin embargo, logra levantarse y lo sigue por el pasillo para impedirle el paso. “¡Oiga! Usted no puede pasar. ¡Deténgase!”, le grita. El regidor no le hace caso y sigue caminando hacia la celda donde está Rodrigo.
María lo alcanza por detrás y lo jala de la camisa. Moguel se gira y la toma por el cuello, la pone de espaldas contra la pared, la sacude y de un fuerte empujón la tira nuevamente al piso. Se inclina y pone una rodilla en el hombro de María. La sujeta de los cabellos y le azota la cabeza varias veces contra el suelo, poco le importó que la agente estuviera embarazada. Le quitó las llaves y sacó a su amigo el endemoniado.
De la somanta, María del Carmen tuvo un sangrando abundante y fue trasladada a un hospital por paramédicos de Protección Civil, donde por varias semanas luchó por su vida y la de su hijo.
Lo más indignante es que días después de la ofensa, pero esta vez en su papel de dirigente estatal del Partido Orgullo Chiapas, Moguel Sánchez festejó el Día Internacional de la Mujer, diciendo:
“Soy devoto de la equidad de género y ofrezco mi absoluto respeto a las mujeres”. El Consejo Nacional de la Mujer y el Instituto Nacional de las Mujeres del gobierno federal publicaron un extrañamiento por la conducta del servidor público y anunciaron darle seguimiento, solo que desde esa fecha hasta hoy nada ha pasado.
SOSPECHOSISMO
Hoy, Víctor Moguel Sánchez es sospechoso de estar operando políticamente para Juan Sabines Guerrero.
Hay rumores de que utiliza su puesto para violar los derechos de los migrantes con total impunidad, encubriendo mafias de trata de personas con las que promueve la violencia y el crimen para desestabilizar la paz y la seguridad en la frontera Sur. Conociendo su prepotencia, despotismo y carácter altanero, ¿podemos dudarlo?