DE LOS EDITORES...
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Elecciones en el estado de México
Este domingo 4 de junio hubo elecciones en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz. En los primeros para renovar las gubernaturas de los estados y en el último fueron comicios municipales para las 212 alcaldías.
En Veracruz dos hechos han estigmatizado la jornada: La violencia y el triunfo sospechoso de Fernando Yunes Márquez, hijo del actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Márquez ha ganado la elección para la presidencia municipal del Puerto de Veracruz y es parte de un clan familiar enredado en acusaciones penales, presunto lavado de dinero, riqueza escandalosa, abuso de poder e impunidad.
Márquez, como su padre y todos sus demás familiares, milita en el Partido Acción Nacional, partido que paradójicamente mantiene un rabioso discurso en favor de la honestidad y la honradez. Es decir, su proclama está cosechada en la simulación y la falacia.
Sin embargo, los reflectores se centraron en el estado de México por razones particulares. Finalmente el PRI le alzó la mano de la victoria a su candidato Alfredo del Mazo Maza, miembro de una familia política originaria de Atlacomulco que históricamente ha gobernado esa región, hoy la más habitada y peligrosa del país por sus altos índices de delincuencia.
Desde 1929 el PRI se ha mantenido en el poder en el estado de México. Si bien la gente antes votaba por ese partido como tradición familiar porque ser priísta era como ser católico, en los comicios de 2017 se vio en apuros y, con la puesta del sol, Del Mazo Maza le sacó apenas 3 puntos porcentuales a la candidata de MORENA, una ex maestra de primaria que fue alcaldesa del municipio de Texcoco, con escasa preparación política, Delfina Gómez.
Tan pronto el Instituto Electoral del Estado de México dio los primeros resultados oficiales que marcaba la tendencia favorable al priísta Del Mazo Maza, Andrés Manuel López Obrador colgó a su cuenta de facebook un video en el que desconoce los resultados y, con su clásica y aborrecible perorata, acusa a la mafia del poder de haber preparado una elección de estado.
No hubo tal porque el PRI ganó con mucho esfuerzo. Quizá la propuesta política de Del Mazo fue suficiente para afianzarse en la gubernatura. Las más importante tiene qué ver con la seguridad. En el estado de México, que tiene el municipio más poblado del país que es Ecatepec, al día 4 millones de personas usa el transporte público y el 91 por ciento dice sentirse insegura tanto en los buses como en las calles, según una encuesta del INEGI de marzo de 2017.
Las otras es implementar el estado de rosa; es decir, dar mayor seguridad, empleo y protección a las mujeres. Y una tercera es precisamente estimular el empleo para fortalecer el ingreso de las familias.
El PRI también ha conquistado Coahuila con muchos aprietos porque su abanderado con una diferencia de sólo 340 votos se impuso al del PAN. Pero en la democracia real y tangible se gana o se pierde con un voto y sólo los retrógrados y mesiánicos hablan de fraude, de imposiciones o de elecciones de estado.
Las elecciones del estado de México eran clave. Con 16 millones de habitantes, allí se concentra el 17 por ciento del padrón nacional del país y, ciertamente, no estaba sólo en juego la gubernatura de ese estado. Algo más, mucho más preciado, porque el estado de México es un bastión del PRI de hace mucho tiempo.
Aunque López Obrador sigue con su discurso ya acostumbrado, absurdo e inverosímil sobre la mafia del poder, un discurso que ya no vende y nadie le cree, el triunfo del PRI en el estado de México da una bocana de oxígeno limpio al inquilino de Los Pinos quien, sin duda, los próximos días ya podrá dormir tranquilo.
La civilidad del pueblo mexicano debe aplaudirse. Así debemos llegar a 2018 porque la violencia sólo la promueven los émulos del loco tirano que gobierna Venezuela entre el caos, la sangre y el hambre del pueblo.