SÓLO PARA ENTERADOS Por: Húbert Ochoa Destacado
- Escrito por Húbert Ochoa
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*CÉSAR AUGUSTO: EL MESÍAS HIPÓCRITA
*EMOTIVO MENSAJE DEL DIPUTADO PENAGOS
*BAJA HAMPA EN TUXTLA; AHORA SÍ HAY AUTORIDAD
César Augusto Santiago Ramírez cenaba una noche fresca de primavera de 2005 en un restaurante de comida china del lado poniente de la capital. De entrada había pedido un arroz blanco y una sopa de pescado.
El plato fuerte consistió en pechugas de pollo bañadas en salsa de soja y nueces. Ingirió agua. Sus acompañantes tímidamente pidieron el clásico chop suey y vino chileno casillero del diablo, el más corriente y desabrido para acompañar una velada.
Arrebujado en un pantalón de mezclilla azul, una camisa de cuadros rosados, un cinturón café y mocasines café Versace seguramente como los que usaba el loco ex dictador de Libia Muamar Gadafi, César Augusto presumía (es un vanidoso empedernido) sus dotes de conversador y sus amplios conocimientos de política y sobre las necesidades de Chiapas.
Aún cuando la vanidad no mata el cuerpo pero sí el alma porque la corrompe, César Augusto vive con ella todos los días. Su rostro engreído encaja perfectamente con su talante. Sus ojos pequeños café, siempre satánicos que sobresalen de entre gruesas gafas blancas, también le dan ese toque de moderno tiranillo que él disfruta con placer desbordado. Se derrite cuando le llaman maestro.
Por entonces la élite del Partido Revolucionario Institucional creaba una encrucijada en la elección de su candidato a la gubernatura de Chiapas. Hoy todos sabemos las consecuencias de esas complicidades subterráneas porque el PRI, el otrora invencible, no sólo perdió la gubernatura tiempo después, en 2006, sino que además dio vigencia al aforismo de que para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo.
La mesa rusa de ese día estaba compuesta por colaboradores del propio César Augusto. Él ocupaba la silla principal en el ala derecha. Lanzaba argumentos con gestos desdeñosos y rabiosas monomanías. La mediocridad de sus acompañantes y el miedo que sienten sobre él dado su carácter abusivo y altanero daba mayor lucimiento a su exposición. En tierra de ciegos el tuerto es rey, señala el dicho.
“Lo que quiere Chiapas es un gobernador como yo, un chingón de la política”, espetó de pronto, sin desparpajo. La respuesta también llegó al clímax: “Sí maestro, usted debe ser el próximo gobernador”, le dijeron aquellos timoratos lacayos quemándole incienso en un festín de simulación.
SÍ QUIERE
Originario de San Cristóbal de las Casas y maestro de primaria, César Augusto Santiago Ramírez es ciertamente un hombre habilidoso de la política. Se ha sabido mover en ella, por eso ha sido cinco veces diputado federal, presidente (aunque por cinco minutos) del Comité Nacional del PRI y también funcionario público como cuando fue director general adjunto de Petróleos Mexicanos.
Está ensamblado al dedillo a esa fauna de políticos retorcidos culpables de llevar a la crisis al PRI hasta meterlo al cuarto de terapia intensiva porque, muchos otros como él, son los que impunemente han atrancado las puertas del partido a las nuevas generaciones.
El PRI ha sido un prisionero estoico de una pequeña jauría. Son vejetes insolentes los que repiten escaño tras escaño en las Cámaras de Senadores y Diputados e impiden alevosamente la inclusión de cuadros de ideas liberales.
Desde que Jesús condena a los escribas y fariseos llamándolos hipócritas y Buda fustiga a un hombre que toma la apariencia de asceta, la hipocresía es igualmente un mal que sin duda contamina a la política o a los políticos que no tienen acendrados principios porque hay excepciones, claro.
César Augusto Santiago no es una de esas excepciones sino todo lo contrario, pues de ella (la hipocresía) ha hecho una cédula cotidiana que lo lleva a mentir, a fingir, a adoptar una personalidad ajena a la suya, la verdadera, a la del hombre inicuo y majadero que es.
En épocas electorales suele regresar a Chiapas enfundado en piel de oveja. Y lo hace montado justamente en eventos baladíes. Se ayuda de los reflectores. Es más fuerte su ambición que su inteligencia porque olvida que los chiapanecos conforman un pueblo maduro que entiende de democracia y de política.
César Augusto tiene propiedades y nació en San Cristóbal, ¿pero sabe acaso del sufrimiento de los indígenas, de la esperanza de los pobres, de las carestías reales de los hombres, mujeres y jóvenes que trabajan y producen?
Un indígena come rábanos y elote hervido cosechados con orgullo en su misma tierra. César Augusto degusta los platillos más exóticos de la cocina internacional. Un indígena usa huaraches: César Augusto zapatos como los que usaba Yasser Arafat, el extinto líder de Palestina.
Un indígena usa trajes típicos: César Augusto ropas confeccionadas por Christian Dior o Perri Ellis en telas de sulkan como las que usa Felipe González, el ex presidente de España.
HIPÓCRITA
No es francamente un despropósito llamarlo hipócrita. No es un insulto, pues ha vivido en la hipocresía. Su profunda e inocultable aspiración es gobernar Chiapas. Ha sido siempre su obsesión. Se le reconoce porque no la esconde, pero gobernar Chiapas no es una tarea reservada para cacodemonios como él, menos ahora que la entidad pasa un proceso de franca recuperación y de desarrollo que va concatenado a la equidad, al respeto a las leyes y al Estado de Derecho.
Santiago Ramírez se ha colgado de un asunto que en su momento fue sin duda un exquisito capital para los usureros de la política. El conflicto entre los usuarios chiapanecos y la Comisión Federal de Electricidad representó ganancias suculentas hace varios lustros a políticos que pepenaron la inconformidad y de pronto, como mesías embusteros, se dijeron representantes sociales.
Desde la Costa hasta el Norte y la Zona Sierra se incubó el descontento por los atropellos de la paraestatal. Si bien se dan todavía yemas esporádicas de molestia en algunas zonas de la entidad, los programas que establecieron los gobiernos federal y estatal no sólo han restablecido la armonía entre ambas partes, sino además han estimulado un cambio de actitud en la CFE que implica tarifas más justas, acordes a la economía de las familias indígenas y rurales.
Es radícula la actitud del señor Santiago Ramírez. En fotografías de un diario capitalino aparece con recibo en mano y encolerizado. Dice abanderar una lucha que nada tiene qué ver con su alocada pretensión de ser gobernador.
Los brotes de irritación se dieron hace más de dos décadas y él ahora aparece como un salvador si como diputado federal (y ha sido cinco veces, ya señalamos) no se le conoce una sola contribución a favor de este generoso pueblo.
NORTES
CARLOS Penagos Vargas, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, saludó este lunes el regreso a clases de los niños y jóvenes chiapanecos al iniciarse el ciclo 2016-2017. El joven diputado envió un mensaje emotivo a los maestros y les dijo que el futuro depende de la educación que reciban nuestros hijos. Genial eso...GRACIAS a las estrategias que ha implementado el zar contra el crimen en Tuxtla Gutiérrez, Moisés Grajales Monterrosa, hay le van estos datos alentadores: En lo que va de 2017, en comparación a 2016, la capital del estado registra una disminución del 15 por ciento en delitos de alto impacto de acuerdo con cifras de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Los robos a transeúntes bajaron hasta en un 19 por ciento y a casa habitación en un 32 por ciento. Ahora sí hay autoridad, pues...ES TODO.