· Tuxtla tiene que revertir sus tendencias de crecimiento hacia un ordenamiento en donde los límites ya están muy claros
Tuxtla Gutiérrez ya llegó al límite de su crecimiento en zonas urbanas, ahora hay que redinsificar su crecimiento y orientar actividades de restauración de zonas como La Chacona, Santo Domingo, San José Terán y los límites de Berriozábal y Ocozocoautla, para mitigar la escasez de agua, señaló Froilán Esquinca Cano, coordinador de investigaciones de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural.
Al ser entrevistado, anotó que la escasez de agua potable en la capital es un indicativo de que tenemos que tener capacidad de resiliencia como sociedad para poder responder a ese tipo de eventos, y a la vez una capacidad de organizarnos como sociedad para transitar a un manejo responsable y sustentable del vital líquido.
Tuxtla tiene que revertir sus tendencias de crecimiento hacia un ordenamiento en donde los límites ya están muy claros. Se acaba de hacer un análisis de la planeación del desarrollo urbano, la parte de riesgo y la parte de la sub-cuenca del río Sabinal.
Dijo que el ISIPLAM ya cuenta con esos elementos para ordenar y alinear políticas públicas, y sobre todo que estemos limitando el crecimiento hacia zonas no aptas, de lo contrario el costo de suministro de agua es alto y no se daría abasto, inclusive los costos de la conducción hacia zonas altas serían onerosos.
En tanto, anotó que ahora se impulsa una estrategia para la conservación y la sustentabilidad de la biodiversidad en el estado, por lo cual se acaba de instalar el consejo de la Sierra y la Costa, en donde participan diversos actores que participan en el manejo sustentable de las áreas naturales protegidas, y fondos concurrentes como la CFE y diferentes organizaciones.
Además, se incorporan también los comités de cuencas para apoyar en la restauración y la conservación de suelo y agua, ecoturismo, ganadería, como parte de una buena gestión de territorio con responsabilidad ambiental.
Los consejos eco regionales estarán apuntando al uso y manejo para la sustentabilidad. Tenemos que incidir de cambiar prácticas que venían usándose en la ganadería extensiva, la agricultura, infraestructura y equipamiento.
Se tienen que realizar estudios de impacto ambiental para la infraestructura, a efecto de evitar que éstas generen cambios de uso de suelo abruptos en zonas donde puedan afectar recargas del acuífero, como pasó entre los municipios de Arriaga y Tonalá, donde pasó la carretera.
Ese tipo de acciones se tienen que tomar en cuenta ahora previendo y orientando la gestión hacia buenas prácticas, pero sobre todo con una orientación de una aguía que sería la estrategia de biodiversidad del estado de Chiapas.