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Solalinde: Cura apóstata… ¿y pollero?
La Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade) decidió no investigar al padre Alejandro Solalinde por presunta realización de actos de proselitismo electoral, que denunció el PRD.
Santiago Nieto Castillo, quien es el titular de la fiscalía, informó la abstención de indagar a Solalinde por medio de su cuenta de Twitter, la mañana del 9 de julio del año en curso.
“En la #Fepade Hemos determinado la abstención de investigar en la denuncia vs el @padresolalinde. No es delito al no ser en acto de culto”, escribió el funcionario a las 10 de la mañana de este domingo.
La determinación, justificó Nieto Castillo, es porque el sacerdote no manifestó su apoyo a Morena en ninguna iglesia ni durante una ceremonia religiosa alguna, por lo que no incurrió en delitos electorales.
El PRD había denunciado previamente al religioso ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) por “la presunta realización de actos de proselitismo electoral” en favor de Delfina Gómez, representante de Morena para la pasada jornada electoral utilizando sus redes sociales.
Al padre Solalinde bien podría aplicarse la sentencia que se lee en el Quijote de la Mancha, en el capítulo noveno: “Con la Iglesia hemos dado, Sancho”, en una abierta referencia de que no es conveniente que, por ningún motivo, la iglesia intervenga en los asuntos de Estado o colectivos, más allá de su púlpito.
Al amparo de la impunidad que le da la sotana, Solalinde una y otra vez se ha dedicado a la denostación y a la injuria, desde una organización llamada Hermanos del Camino dedicada para apoyar el tránsito de los migrantes. –
Otros, sin probarlo, han dicho que Solalinde es uno de los más connotados polleros mexicanos porque no hay autoridad que le investigue. Tiene relaciones del más alto nivel político y, debido a su sospechoso activismo extra clerical, no es bien visto en la cúpula de la iglesia mexicana ni en el Vaticano. –
(En México, en términos peyorativos se llama pollero al hombre que se dedica al tráfico de humanos y es un delito grave muy perseguido por las leyes).
No sería rara la proclividad del cura Solalinde con López Obrador. En dicho coloquial podría decirse que ambos son coyotes de la misma loma.
Con un lenguaje belicoso al más puro estilo de López Obrador (usa vocablos como sicario, persecución política o la mafia del poder), Solalinde fue señalado, con pruebas, de haber hecho campaña a favor de Delfina Gómez, candidata de Morena, en la elección del PRD.
Rápido respondió con un ataque y acusó al PRI y al gobierno de perseguirlo. Usa su cuenta de Twitter como arma para la amenaza, la intimidación, el acoso político y la defensa a ultranza de personajes afines a sus intereses personales y políticos, que no clericales. -
Es pues Solalinde un cura apóstata, iconoclasta, rebelde y pérfido al apostolado de Jesús, que usa la iglesia como un factor de impunidad. Sí, si el ingenioso caballero viviera…